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Una guerra de pizarras

Simeone y Abelardo desplegaron un bonito duelo táctico que el Cholo ganó gracias a la receta de Cruyff para los casos perdidos

Guerrero controla el balón ante la mirada de Abelardo. LOF

Más que ningún otro, el de ayer fue un partido de entrenadores. Con la diferencia evidente de medios y de futbolistas, Sporting y Atlético son dos equipos que juegan a la mismo, que dan una importancia enorme a la intensidad, al trabajo, al control. Son dos equipos con ganas de pelea, a los que no es fácil derrotar. Abelardo, incluso hizo bandera del famoso "partido a partido", principio fundacional del cholismo. El técnico del Sporting nunca ha disimulado lo mucho que le gusta el Atlético de Madrid. Tanto le gusta, tan bien lo conoce, que Abelardo diseñó un plan perfecto para desactivar a los colchoneros y a punto estuvo de consumarlo.

El Atlético llegaba al choque urgido por dos malos empates, pero consciente de que era el equipo grande, Simeone no cambió su planteamiento habitual. Fue fácil adivinar la alineación inicial del Cholo. No así la de Abelardo. El Pitu enseñó a Hugo Fraile, pero alineó a Pablo Pérez. La otra gran novedad fue la vuelta de Álex Menéndez al lateral izquierdo. Pero más allá de los nombres, la novedad fue su ubicación. Al Pitu le preocupaba la banda izquierda colchonera, con dos puñales como Felipe Luis y Carrasco. Abelardo llenó la banda derecha de futbolistas.

El Pitu disfrazó a Halilovic de extremo derecho con lo que fijó al brasileño, que no se movió del lateral en todo el primer tiempo. Y entre Pablo Pérez y Lora frenaron a Carrasco. Abelardo tuvo que improvisar soluciones a las de Sergio y Guerrero, dos futbolistas bien dotados para batallas duras.

Simeone detectó el problema y aprovechó el descanso para corregirlo. Doble la apuesta con Coke y la banda izquierda comenzó a ser un problema para el Sporting. El argentino es ídolo en el Manzanares que coreó su nombre nada más empezar. El Cholo aplaudió. Sin embargo, al final, recibió los pitos de su afición cuando el cartel del cuarto árbitro indicó la sustitución de Carrasco.

Abelardo, impecable en todo el partido, erró el tercer campo. Sacrificó a Halilovic y dejó en el césped a un Pablo Pérez fundido. Quizá tampoco era un buen día para Hugo Fraile.

Curiosamente, la victoria fue para Simeone con un receta clásica que también ha usado con éxito Abelardo. Cuando todo parece perdido, pon un central de delantero. Godín fue clave, el único que se impuso a la defensa del Sporting.

La derrota es un mal menor. El Sporting queda decimocuarto, con tres puntos de ventaja sobre el descenso y recibe al Levante.

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