El sol lució a medias en Mareo en un tarde fresca. Canella se incorporó al trabajo con el grupo, como estaba previsto, pero el sportinguismo se quedó frío al ver a Guerrero y Sanabria, los hombres del gol, dirigirse al campó número 1 para ejercitarse con el readaptador César Castaño. Junto a ellos Rachid, recién llegado de Argelia pero con descanso recetado por el cuerpo técnico. Las noticias aún no son alarmantes y se confía en que tanto Sanabria como Guerrero puedan entrar en la convocatoria para el encuentro ante el Levante. Un duelo que no será decisivo, pero sí importante para que la tranquilidad siga siendo la nota dominante en esa zona tan sensible llamada entorno.
A día de hoy, el único futbolista del Sporting descartado para el choque ante los valencianos es Sergio Álvarez. El avilesino, a pesar de que no puede aún hacer ningún ejercicio físico, se dejó ver ayer en Mareo con el brazo en cabestrillo, de buen humor a pesar de "algunos dolores", animado y mirando de reojo a las bicicletas estáticas a las que está como loco por subirse para "no perder la forma", porque según un razonamiento elemental, "el hombro no afecta al pedaleo". Sergio, que estará de baja hasta febrero, fue operado por el doctor Maestro de una luxación acromio-clavicular.
El caso de los delanteros dependerá de sus sensaciones personales. Sanabria sufrió una rotura fibrilar que le ha tenido ocho semanas de baja. El futbolista, un eterno optimista, se muestra convencido de que estará en condiciones de jugar el domingo. Guerrero, por su parte, sufrió un esguince de tobillo de grado 2 que le hizo salir en camilla del Vicente Calderón.
La idea que manejan los servicios médicos del club es que ambos futbolistas se vayan reincorporando paulatinamente a las órdenes de Abelardo. La prueba definitiva será el partidillo del jueves, en sesión vespertina en El Molinón, con las puertas abiertas para todo el que quiera animar.
La cita con el Levante está marcada para el mediodía del domingo en El Molinón. Es pronto para empezar a jugar finales, pero está claro que es un partido de los que marcan el campeonato. Abelardo le concede una gran importancia y por eso concentrará a los futbolistas en Mareo en la noche del sábado.
El Sporting recibe al Levante con una ventada de cinco puntos, que se pueden elevar a ocho en caso de victoria rojiblanca. Una renta considerable que, de paso, restaría dramatismo a la difícil salida del Sporting con destino a Balaídos. El Molinón necesita un nuevo triunfo para afianzar sus cimientos de campo difícil.
