"La rabia no es sólo por la derrota, es también porque sea en casa". La frase es de un jugador del Sporting y pone en valor la importancia que la plantilla había fijado en realzar el vuelo en El Molinón. El 0-3 ante el Levante ha dolido por la forma y por haberse registrado ante un rival directo en la lucha por la permanencia. Los rojiblancos buscan soluciones para remediar la mala dinámica en el municipal gijonés, donde sólo han sumado cinco de los dieciocho puntos disputados hasta el momento. El equipo, que inició la campaña con partidos de mérito en su feudo, con empate ante el Madrid, igualada ante el Granada (con remontada incluida), y victoria ante el Málaga, se diluyó entre el chaparrón del pasado domingo.
Nadie dijo que fuera fácil, pero buena parte del objetivo de pelear por la permanencia pasa por repetir la solvencia en El Molinón mostrada durante la pasada campaña. Lo reconocen los futbolistas y se habla en el vestuario. En busca de cumplir con este cometido, el Sporting respondió desde el primer minuto. La visita del Real Madrid, con la que se abrió la competición, evidenció cómo el equipo podía aspirar, en su feudo, a plantar cara a cualquier rival de la categoría. Los guajes del Pitu, espoleados por una grada entregada, logró un valioso punto que ya permitía mejorar las cuentas más halagüeñas. Una imagen que se repitió ante el Valencia, aunque un gol de Alcácer en los minutos finales dejó el trabajo sin premio.
La llegada del Betis, otro recién ascendido, también mostró a un buen Sporting. Al menos, de entrada. Una segunda parte para olvidar dio alas a los andaluces, que neutralizaron el tanto de Castro y se llevaron los tres puntos. El Granada, colista entonces, esperaba en la siguiente cita en el municipal gijonés. Un partido en el que los de Abelardo tiraron de raza para igualar el encuentro tras un 1-3 que lo puso todo cuesta arriba. El arreón final dejó buen sabor de boca y fue la antesala de la primera victoria en casa. El triunfo con el que el conjunto gijonés se estrenó en El Molinón llegó el pasado 1 de noviembre. Un tanto de Halilovic doblegó al Málaga, también llamado a pugnar por la permanencia. Todo pasaba por repetir juego y resultado ante el Levante, otro que llegó como colista, pero no fue posible. El 0-3 ha encendido las alarmas y ya son nueve los goles recibidos en el municipal gijonés, la mitad de los que se llevan en contra. La UD Las Palmas será el último en jugar en Gijón en 2015.
Los números como visitante, sin embargo, mejoran la media y han permitido que los rojiblancos nunca hayan ocupado puesto de descenso, ahora a dos puntos de distancia. Siete puntos ha logrado el Sporting en sus seis salidas. Vigo espera para continuar lejos de la zona de castigo, en definitiva, lo que firmaba el sportinguismo a estas alturas, tras doce jornadas disputadas.
