Abdou decidió parar un año su carrera futbolística para dedicar tiempo a sus estudios y cumplir uno de sus sueños, el de graduarse en Magisterio. Hace diez años, cuando solo tenia catorce, este senegalés llegó en patera a España. Y encontró en el fútbol su refugio, en los cadetes del Sporting. Siguió su carrera en el conjunto rojiblanco hasta juveniles, incluso llegando a entrenarse con el filial, y después debutó en Tercera con el Gijón Industrial. Ahora, tras un año de paréntesis, en el que se ha dedicado a entrenar al prebenjamín B de la Escuela de Fútbol de Mareo que compite en los Juegos Escolares, aspira a volver a encontrar un equipo para jugar al fútbol.
"Ya he acabado mis estudios y ahora quiero seguir disfrutando del fútbol, aunque los banquillos también me gustan, soy muy del estilo de Guardiola y Luis Enrique, y del carácter de Simeone", resalta.
Con solo diez años, Abdou se subió en una patera junto a su hermano Assane en busca de un futuro mejor, y desembarcaron en Tenerife. Assane fue trasladado a Gijón a los pocos días, mientras que Abdou se quedó solo en Canarias. La distancia entre ambos se hizo insoportable, y su hermano envió una emotiva carta a la por entonces consejera de Bienestar Social, Laura González, pidiendo el traslado de Abdou junto a él. La propuesta fue aceptada y propició el reencuentro entre ambos.
Abdou sufrió mucho en aquel momento. Por eso ahora quiere que otros niños de Senegal no pasen por la misma situación. El senegalés trabaja en un proyecto "que va destinado a niños de 10 a 15 años, de ámbito educativo, escolar y deportivo, para que puedan aprender a jugar al fútbol y no tengan que pasar por mi situación", comenta un Abdou, que resalta que "se trata de que tengan una oportunidad, medios y equipaciones. Y después, si hay alguno que destaca, pues se estudiaría la fórmula para que pudiese venir a España".
Abdou, tras graduadarse en Magisterio, quiere volver a disfrutar con el fútbol, su otra pasión. Un ejemplo de superación, con un final feliz, que comenzó hace casi una década, cuando estudiaba en las Ursulinas y jugaba en el cadete del Sporting. "Me gustaría sinceramente dar las gracias a los compañeros de equipo y de clase en todo este tiempo porque nunca he estado estado solo y mucha gente creyó en mí", destaca Abdou, que además este verano estará como monitor en el Campus de Mareo.
