Ha sido una de los principales catalizadores de la reacción de un Sporting que encadena cuatro jornadas sin conocer la derrota y aspira a consolidarse en la igualada zona alta de la tabla. Rubén García (Xátiva, Valencia, 14-7-1993) quiere repetir en Gijón el ascenso que vivió con el Levante la pasada temporada. Ahora, no como hombre de refresco, sino ejerciendo de protagonista.
- ¿Cómo valora el punto ante el Rayo?
-Hay que darle mucha importancia. Nos está costando ante los equipos que tienen el mismo objetivo que nosotros, estar arriba, e intentamos no perder. El salto de empatar fuera ante un rival directo era importante. Nos tiene que dar un plus de confianza para ahora ganar ante el Almería.
- ¿Le dio las gracias Santos por el pase de gol?
-Sí, bueno, hubo un poco de coña con eso. Fue una jugada que llevamos ensayando bastante y que ya nos dio un gol ante el Nástic. El balón nos está ayudando a sumar muchos puntos. Son acciones importantes en Segunda.
- El Sporting ha crecido desde la semana en la que disputó tres partidos y usted ha tenido mucho que ver.
-Me sentí muy bien en esos partidos y ahora hasta casi me gustaría que volviéramos a jugar de miércoles. Las sensaciones son muy buenas. Termino un partido y ya quiero jugar otro.
- ¿Se siente cada vez con más peso en el equipo?
-Sí, me siento cada vez un jugador más importante, que es a lo que vine. He recuperado la confianza. Jugué en las tres posiciones de ataque y siempre estuve cómodo. Cada vez estoy mejor.
- ¿Ha alcanzado el nivel que le hizo destacar en el Levante?
-Ahora soy un futbolista distinto. Mi mejor año allí fue hace cinco temporadas, era muy joven, tenía 19 años. Ahora no corro tanto a lo loco, interpreto mejor los partidos? He madurado.
- ¿Siempre trabajó tanto en defensa?
-Sí. Eso no es de ahora. Incluso hay veces que me paso corriendo en defensa y luego me cuesta atacar. Me viene ya desde mi primer año en el primer equipo del Levante. Éramos un equipo de barraca y poca llegada. Había que currar, pero fue de los mejores años del club.
- ¿Qué estilo tiene este Sporting?
-No podría definirlo. Hubo partidos de gran juego, y otros que nos tocó más aguantar al rival. Tenemos que alargar los buenos momentos. La mejoría en los últimos cuatro cinco partidos ha sido bastante grande.
- Lleva dos goles y el año que más hizo fueron cinco ¿Le motiva superar esa marca?
-Me he jugado una cena con un amigo que llegaré a diez (ríe). Claro que quiero crecer en eso. He tenido oportunidades para hacer más. Suelo volver a ver las jugadas en las que fallo. Me lo exijo. El gol es lo que más mueve en el fútbol.
- ¿Fue la mejor decisión venir a Gijón?
-Acerté de pleno. Sin duda. Tenía muchas dudas a la hora de salir del Levante. Llegué al club en cadetes y nunca había salido de allí. Confiaba en mí, pero tuve miedo.
- ¿Cuándo empezó a jugar al fútbol?
-Jugaba en el colegio, pero mi primer equipo fue el Plus Xátiva, en mi pueblo. Empecé a jugar con los prebenjamines, sin ficha, porque no cumplía la edad mínima. En infantiles, cuando me llamó la selección valenciana, ya llamé la atención.
- De ahí se fue al cadete del Valencia, con Pellegrino de entrenador.
-Había estado haciendo pruebas antes para el Madrid y el Villarreal. Al final me decidí por el Valencia. Estuve un año en su residencia, con Paco Alcácer de compañero de habitación. Fue un año de locura. Me pasé la temporada lesionado, no iba al colegio, no hacía caso a mis padres? Por suerte, reaccioné. Me fui al Levante y ahí me centré.
- El niño rebelde terminó haciendo feliz a su padre, Pepe, que es del Levante, ¿no?
-Sí. Me llevaba de pequeñito a ver los partidos con él al Ciudad de Valencia. Mi padre y mi abuela, Herminia, han sido claves en que yo ahora sea futbolista.
