Madrid, Agencias

El informe definitivo sobre el accidente del vuelo JKK5022 de Spanair en Barajas, del que se cumplirán el próximo día 20 tres años, culpa a los pilotos del siniestro, que costó la vida de 154 personas. Según los expertos de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), la tripulación no configuró el avión correctamente. Además, la investigación del siniestro ha descartado que los mecánicos fueran los causantes de los errores que llevaron al avión a estrellarse en un arroyo junto a la pista de despegue, aunque los técnicos realizaron un informe «incompleto» de la avería del avión.

La tripulación «perdió el control del avión como consecuencia de la entrada en pérdida inmediatamente después del despegue por no haber configurado el avión correctamente», según el informe. Concretamente, establece en primer lugar sobre que la tripulación «no llevó a cabo la acción de seleccionar "flaps" y "slats" con la correspondiente palanca de mando». Posteriormente, los tripulantes no realizaron hasta tres comprobaciones establecidas en el protocolo para cerciorarse del buen funcionamiento de estos alerones esenciales para que los aviones ganen impulso.

La Comisión también explica dos factores que contribuyeron al accidente. En primer lugar, la ausencia de aviso de la configuración incorrecta de despegue, porque la alarma sonora en cabina «no funcionó», aunque no se ha podido saber la causa. En segundo lugar, la comisión determina la existencia de una «inadecuada» gestión de los recursos de la tripulación que no impidió la desviación de los procedimientos ante interrupciones no programadas en la preparación del vuelo.

Como resultado de la investigación de este accidente se han emitido hasta 33 recomendaciones sobre seguridad operacional dirigidas a diferentes autoridades de aviación civil.

La presidenta de la Comisión de Investigación de Accidente e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), Rosa María Arnaldo, afirmó que el informe de final sobre el accidente de Spanair no se ha realizado para establecer culpas, sino para «prevenir accidentes futuros». «La investigación se realiza para prevenir accidentes futuros y no al establecimiento de responsabilidades», afirmó Arnaldo. Sin embargo, explicó que los resultados del informe han revelado que el accidente se produjo «porque la tripulación perdió el control del avión después del despegue» al no detectar la incorrecta configuración de la aeronave.

Por otra parte, Arnaldo explicó que los pilotos pudieron sufrir el síndrome de «hurry up», una posible prisa que les impidió ver con claridad los fallos, y que los mecánicos podrían haber visto afectados por el síndrome de «tunnel vision», lo que les impidió percatarse de que el problema principal estaba en los «flaps» y «slats».

La Asociación Sindical Española de Técnicos de Mantenimiento Aeronáutico (Asetma) mostró su respaldo a las conclusiones puesto que «en ningún caso el mantenimiento» fue la causa del accidente.

La presidenta de la Asociación de Afectados, Pilar Vera, aseguró que el informe de la Comisión es «un rotundo fracaso institucional». En opinión de Vera, estas conclusiones no responden a las expectativas de los afectados y «ocultan la verdad probada por la justicia», con el objetivo de que se deje de investigar y, a pesar «de los indicios gravísimos que se repiten cada día en cada avión que vuela».