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Dos niños eslovacos son sospechosos de la quema de un gran castillo gótico en el este de Eslovaquia. Al parecer, los menores estaban fumando un cigarrillo a escondidas y arrojaron unas cerillas encendidas en las inmediaciones del castillo de Krasna Horka, del siglo XIV, lo que desembocó en el pavoroso incendio que se ve en la fotografía de la derecha. El techo del castillo se quemó por completo, así como una exposición en el palacio gótico y la torre del campanario. Tres campanas se fundieron, pero se salvó el 90 por ciento de los papeles del archivo.