Pedro Ramón Fernández Torres, el carnicero paraguayo que pudo intervenir en el brutal asesinato del empresario de origen lenense Roberto Fernández Montes, el pasado 21 de enero en el barrio de Caballito, en Buenos Aires (Argentina), ya se cuenta entre los más buscados por la Interpol, en virtud de una orden internacional de busca y captura emitida por el juez que investiga el caso. Esta orden demuestra que las autoridades argentinas sospechan que Fernández Torres ha podido abandonar el país, aunque hace unos días los agentes fronterizos informaron de que no había cruzado la frontera, al menos legalmente.

Los investigadores desvelaron ayer que, el día que se escapó, Fernández Torres llamó por móvil a una de sus hijas desde un número privado y le dijo: "Cuidá a la familia". Era evidente que se sabía descubierto y que ya había tomado la decisión de poner tierra de por medio.

Además, una de las hijas de Roberto Fernández, Natalia, casada con uno de los presuntos asesinos, Santiago Corona, ha hecho sus primeras declaraciones, en una televisión argentina. "Esto es una película de terror, nos han arruinado la vida, lo que hicieron con mi papá es una atrocidad", dijo la mujer.

Natalia Fernández aseguró que descubrió que su marido había estafado a su padre en mayo del año pasado. "Yo quería divorciarme, pero él me amenazaba con que me iba a quitar a mis hijos. Decía que mi papá no tenía pruebas porque hizo todo con la identidad de él. Decía que tenía muchos contactos a través de su familia porque mi suegro pertenece a las fuerzas armadas y me aseguró que me iba sacar la tenencia de los chicos", señaló la mujer, que ayer declinó hacer declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA.

Santiago Corona, un "obsesivo del orden", había entrado con buen pie en la familia. "Para mi papá, su yerno era como el hijo varón que no tenía. Nunca se imaginó esto mi papá. Me decía 'éste es un estúpido'. Mi papá confió demasiado, hasta el punto de darle el PIN de la cuenta bancaria. Sabía dónde guardaba los ahorros mi papá, hasta eso le confió él", añadió.

"Jamás me dio indicios de que podría hacer semejante atrocidad", confesó la mujer, que quiere que se encarcele de nuevo al exempleado de su padre exonerado por falta de pruebas.