La Poza es una joya emblemática del concejo naviego que merece un proyecto en condiciones, sin tener que andar "parcheando" todos los años mediante soluciones precarias para evitar su desaparición. Navia merece una buena inversión para resolver el problema, al igual que se invierte en otros concejos que aportan mucho menos a la economía asturiana, a cuyo desarrollo Navia contribuye decisivamente. El concejo ha sido demasiado generoso, por lo que ha pagado un alto precio medioambiental en aras del desarrollo de la comarca, y, por tanto, merece más atención por parte de las autoridades competentes, en este caso la omnipotente Costas, que deben de demostrar que valen para algo más que para prohibir cambiar una losa de un tejado a un habitante de Porto. Los Astilleros Armón son una empresa muy importante que da de comer a muchas familias y se verían beneficiados si pudiesen construir barcos mayores. Al paso que vamos, la lengua de arena avanza, ensanchándose cada vez más río arriba, y acabará cegando prácticamente la desembocadura, ya que el saqueado río ha perdido gran parte de su energía vital. Las autoridades municipales deben de trasladar a estos organismos nuestra problemática y deben de presionar para exigirles operatividad y eficacia, junto con las industrias del concejo, que, en mi modesta opinión, deberían de implicarse más en la defensa de los intereses del concejo. Habría que convocar un concurso de ideas para resolver la situación. Me consta que hay empresas capaces de hacerlo, bien sean nacionales o, si las nacionales no son capaces, extranjeras. Los políticos locales tienen una buena oportunidad de hacer política de altos vuelos en este sentido y en el que planteo a continuación: no debe de haber otro río tan expoliado en toda España como el río Navia. Habría que crear una comisión entre todos los municipios ribereños para tratar de recuperarlo como el río salmonero que fue o, por lo menos, para estudiar esa posibilidad. Fue el más importante de España, aunque este dato parece obviarse en Asturias. Dejaría más riqueza en la zona la pesca del salmón que la que nos deja toda la ruta del kilovatio. A medio plazo, habría que analizar, junto con la Comisión Nacional de la Energía y la Confederación Hidrográfica del Norte, si la aportación energética del embalse de Arbón es prescindible o sustituible por otro tipo de energías renovables y valorar de manera seria su impacto ambiental, procediendo a su progresivo desmantelamiento. Todo ello necesita política con mayúsculas, altura de miras, hoja de ruta, como dicen ahora nuestros desprestigiados políticos, y voluntad de que Navia recupere su merecido esplendor.