Wenceslao López Martínez, alcalde físico de Oviedo, está fatal en penetración. Lo dice el estudio "Ayuntamientos y alcaldes en redes sociales: una asignatura pendiente" de la consultora de comunicación y relaciones institucionales ACH Cambre, que ha analizado cerca de 1.700 perfiles de los ayuntamientos y alcaldes de todas las capitales de provincia españolas. Sólo tiene un 0,2% en ratio de penetración de redes sociales (porcentaje de seguidores en relación al total de población del municipio) y ocupa uno de los últimos puestos entre los regidores de capital de provincia.

Hay que mejorar la penetración en las redes sociales, alcalde. Hay que decirles tonterías para hacerlas arder. Hay que hacerse "selfies" en el espejo del baño para mantener el ocio social entretenido. Hay que estimular esa ratio.

Esto no le pasaba a Agustín Iglesias Caunedo, anterior alcalde, que estaba muy volcado en lo virtual, en las redes sociales, en los "selfies" en Nueva York y en los gastos en concepto de "varios" que le daban mucha más penetración. De Gabino de Lorenzo Ferrera, alcalde antecesor, ni hablemos porque sus días no fueron los de las redes sociales aunque su penetración fuera de ellas era conocida. Sí, es verdad, algunos años de mandato gabiniano le tocaron ya con un desarrollo de las redes sociales, pero no centró sus intereses. Le pasan esas cosas. Ahora mismo el que fuera alcalde de Oviedo no parece preocupado por la suma de millones de euros en forma de deuda municipal que dejaron sus malas gestiones de gran gestor en "Villa Magdalena", en el Palacio de Calatrava, en el centro ecuestre El Asturcón, porque el delegado del Gobierno en funciones tiene toda su atención centrada en la bandera republicana que ondeaba hasta ayer en el Ayuntamiento de Langreo, colgada por Jonatan López, concejal de Urbanismo, que cuelga sus principios en el balcón.