La variante ferroviaria de Pajares está dejando de ser algo real, tangible, un proyecto con visos de poder solucionar, de una vez por todas, los graves problemas de comunicación ferroviaria de Asturias con la Meseta, y se está convirtiendo en una ilusión, en una quimera. Los asturianos están hartos de tantas promesas incumplidas por parte de los políticos como para que ahora, que daba la sensación de que la apertura de los túneles bajo el puerto estaba más o menos próxima, un partido minoritario, el de Francisco Álvarez-Cascos, dé al traste con tales expectativas, reavive una polémica más o menos superada y obligue al Gobierno central del PP a rectificar sobre el ancho de vía, lo que implica otro retraso más en la puesta en marcha de tan trascendental obra para los intereses de Asturias. ¿Están o no están en su derecho los ciudadanos de la región de no creerse ya nada de lo que les cuenten sus representantes en las instituciones?

Álvarez-Cascos se ha quedado solo en su pretensión de cambiar ahora, sin más dilación y a cambio de su voto a favor de los Presupuesto del Gobierno de Rajoy, el proyecto de la Variante, lo que obliga, además, a una fuerte inversión en el viejo trazado por el puerto, ya que estos raíles impiden la circulación de las mercancías por la Variante. Y todo, ¿para qué? Pues para, según los técnicos, ganar entre cinco y diez minutos en el viaje entre Asturias y Madrid.

Dice hoy Ignacio Prendes, diputado de Ciudadano por Asturias en el Congreso, en una entrevista en este periódico, que "perder cuatro años más en la Variante es una frivolidad". Por supuesto que así es, pero es que el problema va más allá, es un problema de confianza de la gente en la clase política en su conjunto: ¿quién convence a los asturianos de que ese plazo sí se va a cumplir?

Es imprescindible reconducir la situación ya. La solución está en manos de Foro, pero el resto de los partidos también debe desempeñar un papel activo para desbloquear la situación, empezando por el PP, que, por supuesto, algo le tendrá que dar a cambio a Álvarez-Cascos para que acepte posponer (que no renunciar) la colocación de las vías de ancho internacional. De no ser así, tan responsables del nuevo retraso en la apertura de la Variante serán los foristas como los populares.