Todos, o casi todos, hablaban de "tirar la casa por la ventana" con motivo de la triple efeméride de Covadonga, santuario sumido también en pleno año jubilar. Se anuncian infinidad de actos de diversa índole para conmemorar por todo lo alto los centenarios en cuestión. Eso sí, la ansiada obra de la explanada alta del santuario mariano -canto rodado- deberá aguardar su inicio, para evitar su ejecución en fechas coincidentes con la máxima afluencia de peregrinos y visitantes, hacia el mes de septiembre o incluso un poco más adelante. Entre tanto, ya de lleno en el ansiado 2018, meten miedo algunas de las singulares reliquias forjadas en hierro del santuario, tales como la escalinata por la que se accede al hotel Pelayo, ejecutada en su día por el ingeniero Gaspar G. de Viedma, o la puerta, adornada y rematada con un arco de rosales, localizada en el mismo lugar donde el rey Alfonso XIII plantó un árbol, concretamente el 8 de septiembre de 1918, en el Jardín del Príncipe, a raíz de la inauguración del entonces parque nacional de la Montaña de Covadonga.