Nada más lejos de mi intención que entrar en el fastidioso asunto de la posverdad. Para mí es sólo la mentira que se echa a una masa, manada, rebaño, reala, enjambre o piara que la espera ansiosa, y es invento tan antiguo como el hombre. Sin ir tan atrás, lo que ha venido poniendo el Diccionario Biográfico Español en la entrada "Franco" (entre otras) pertenece a ese género. Ahora, por fin, la actual directora, Carmen Iglesias, corrige esa biografía en la edición digital, en la que al menos se dirá que era un dictador. Lo explica echando mano a su memoria de estudiante: "Cuando yo entré en la Universidad sabías que te la jugabas si te metías en política". Este extraño episodio demuestra que la posverdad florece también por la confluencia de intereses entre la gente de a pie que no tiene interés en informarse y la gente a caballo que tiene mucho interés en que no se le informe.