La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ventanal

China: el capitalismo rojo

El "camino de la seda" de Marco Polo, pero al revés

La historia narra que cuando Marco Polo empezó a contar en Venecia las excelencias que había encontrado en Catay, China, acabó en la cárcel al ser tachado de fabulador. En el siglo XIV China estaba mucho más adelantada y con más riqueza que los países de Europa, que por aquellos años intentaban salir de la miseria y postración de la Edad Media.

Han transcurrido siete siglos y cabría pensar si no se está repitiendo la historia , porque ya es un hecho que China se ha convertido en la segunda, quizás la primera, economía del mundo y sus avances tecnológicos le permiten ocupar un puesto destacado en las conquistas espaciales. Su contribución al PIB mundial es del 16,5% y ya nadie duda del potencial de un país de 1.300 millones de habitantes, con una creciente clase media, cifrada en 300 millones que ha irrumpido en los sectores del consumo, turismo y moda.

Desde la creación de la República Popular China, en 1949, obra de Mao, hasta las primeras liberalizaciones de la economía en 1978, transcurrió un largo y doloroso proceso revolucionario, por parte del Partido Comunista, para acabar con la propiedad privada, sacrificando a millones de campesinos y trabajadores.

Una vez descabezada el ala más radical del Partido, Deng Xiao Ping inició un cambio de liberalización muy alejado de los postulados de Mao y el Libro Rojo. Se ha permitido la propiedad privada y los negocios, pero esto no significa que se haya entrado en una economía de libre mercado, porque el autoritarismo sigue presente en todas esferas. La situación se ha explicado con la analogía del pájaro y la jaula.

La economía es el pájaro y el control del Partido la jaula. Esta tendría que hacerse grande para que el pájaro estuviese cómodo, pero no podría estar abierta porque el pájaro se escaparía.

El PC es todopoderoso, controla la burocracia estatal, las fuerzas armadas y todos los sectores económicos. Se cuenta que en la mesa de los ejecutivos de grandes empresas hay un teléfono rojo. Si suena hay que seguir sus directrices.

El pueblo chino tiene muy limitadas las libertades y escasa participación en el proceso político. Por otra parte el régimen chino es el mejor ejemplo del capitalismo de Estado.

La economía china que ya venía desacelerando su crecimiento, ha dado un tremendo susto a escala planetaria con sus medidas de ajuste, incluida la devaluación del yuan y los 5 billones de dólares que ha supuesto el desplome de la Bolsa, obligando a Pekín a intervenir con todos sus recursos. El "lunes negro" ha sido una advertencia porque China además de ser la gran fábrica del mundo es también banquero mundial, ante cuyas ventanillas hacen espera los mandamases , financieros y empresarios de muchos países. La política inversora de China no tiene límites. Invierten en el Banco Santander pero también en el Atlético de Madrid.

El "camino de la seda" de Marco Polo, pero al revés.

Compartir el artículo

stats