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Vicente Montes

Notas al margen

Vicente Montes

Nadar entre la desinformación

En el todo vale por los "clicks", los "me gusta" o los retuiteos, internet se ha convertido en un campo de minas para la veracidad. La maquinaria humana más poderosa para transmitir información y conocimiento es también una autopista para el engaño. Lo mismo galopa por Facebook la noticia más contrastada que el bulo más insospechado, como el de la gamba gigante que ayer fue el chismorreo en el mundo pesquero avilesino. Aunque este caso es una anécdota de ingenuidad, el problema de fondo es serio. En parte se debe a que la información ha dejado de ser un derecho que los ciudadanos exigen para convertirse en ocio. Por tanto, lo que importa es que entretenga sea cierto o no. Y que sea fácil. Miles de páginas repiten una y otra vez los mismos artículos, con sus errores, en un plagio constante. Y acabarán en trabajos de instituto y hasta en tesis doctorales. Y el océano de sabiduría se nos llena de basura. Por eso es tan necesario saber a quién agarrarse para salir a flote.

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