Las librerías están repletas de volúmenes de autoayuda en los que se empaqueta más o menos esta idea: la realidad se transforma con tu actitud. Obviamente es una afirmación incierta, pero no exenta de sentido metafórico. Hace casi una década, esta ciudad puso en marcha un programa de autoconfianza con aquel eslogan de "Avilés conquista". Su presentación se produjo poco antes de que este periódico revelase el proyecto de Niemeyer para la ría, un as que entonces se guardaban los gobiernos de Rodríguez Vega y Areces. Pasada la peripecia ya conocida y con estos años de crisis pasada puede haber la tentación del desánimo. Pero la ciudad debe mirarse a sí misma, a lo que ya tiene, porque cuenta con mimbres más que suficientes para emprender un camino de éxito en la próxima década, de la mano de la cultura, la innovación tecnológica y la capacidad para inventarse sin necesidad de alharacas o fuegos de artificio. Día a día, con la constancia de la fe.
