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Concejal de Somos en Avilés y economista

La servilleta de Laffer y el PSOE de Avilés

La sintonía neoliberal de los socialistas y los populares es manifiesta; las propuestas fiscales de Somos son la alternativa

En los años 70, el economista norteamericano Arthur Laffer alcanzó fama mundial por plantear una idea sencilla, algo de sentido común. Si los impuestos fuesen del 0% no habría recaudación y por tanto la Administración no podría desarrollar actividad ninguna y si los impuestos se llevasen el 100% de la riqueza de las familias y las empresas la economía no funcionaría y por tanto no habría una siguiente recaudación.

A partir de estas situaciones extremas pensó en que podría haber un punto óptimo y expresó esta idea en una gráfica con forma de "u" invertida en la que relacionaba el tipo impositivo con la recaudación. Laffer presentó esta idea a un grupo de políticos republicanos en una cena y dibujó su curva en una servilleta. Ronald Reagan, que no era persona de pesadas lecturas, quedó entusiasmado con aquella servilleta.

Con ese aparente sustento lógico se construyó un paradigma neoliberal, "bajar impuestos desarrolla la actividad económica y por tanto aumenta la recaudación", ese fue el mantra de 30 años. Interpretaron sólo la mitad de la curva que les interesa. La que va desde el tipo óptimo de recaudación hasta el desastre del 100%.

Se pusieron a la faena y lo consiguieron. La ofensiva neoliberal logró invertir el papel del Estado en la transferencia de rentas. El "gastar menos, ingresar menos" implicó reducir el tamaño de lo público. Patrimonio, empresas y servicios fueron privatizados, el gasto social en educación, sanidad o pensiones se redujo y al mismo tiempo bajaron los tipos máximos de los impuestos sobre la renta o sobre los beneficios empresariales. Cuando las necesidades de financiación aumentaron por la crisis, el recurso no fue incrementar la presión sobre las grandes fortunas, al contrario, subieron los impuestos al consumo, los más injustos porque afectan más a las familias que dedican a él una fracción mayor de su renta. En esto PP y PSOE se diferenciaron en muy poco. Unos y otros bajaron los tipos máximos del IRPF y Sociedades, subieron el del IVA, liquidaron impuestos a las clases altas como el de Patrimonio y legislaron amnistías fiscales. Sus políticas fiscales tuvieron como bandera la mitad de una servilleta.

Estas semanas toca hablar de impuestos en el Ayuntamiento de Avilés. El PSOE propone subir el recibo medio del IBI. El tipo bajará, pero no lo suficiente como para compensar la subida de los valores catastrales consecuencia del proceso de revalorización abierto en 2013. Poco más. El grupo municipal de Somos Avilés hizo algunas propuestas que chocaron con la rutina fiscal avilesina. Se trataba de establecer un tipo diferenciado (4 puntos más que a las familias) a las grandes empresas y destinar la recaudación adicional al incremento de las ayudas al pago del IBI para poder llegar al 25% de las viviendas habituales. Todo ello sustentado en un estudio de viabilidad que fue entregado al equipo de gobierno. Además, condicionar las bonificaciones en el Impuesto de Actividades Económicas al inicio de actividad con creación de empleo o a la conversión de contratos eventuales en indefinidos y finalmente la creación de una tasa propia para cajeros automáticos que equipare lo que pagan los bancos por el uso de suelo público a la media estatal.

En la comisión de Hacienda pudimos ver la sintonía entre el PP y el PSOE en la esencia y la discusión en el detalle. De las propuestas de Somos, nada de nada. La sorpresa vino cuando escuchamos los argumentos para el no. Después de intentarlo acusándonos de perseguir comerciantes y después de hacer ver que para estar en el grupo del 10% no hay que estar en el del 90% restante, lo intentaron por la vía de la mitad de la servilleta de Laffer. "Si aumentamos la presión fiscal a las grandes empresas entonces eso afectará negativamente a la actividad económica y podrían trasladar el ajuste despidiendo trabajadores". Ahora falta esperar que sean consecuentes y que defiendan ese argumento públicamente y hasta la consecuencia última, los votantes indecisos se lo agradecerán.

Lo interesante de todo esto está en el propio debate donde enfrentamos ideas en lo local sobre la crisis global del sistema y las soluciones para la mayoría social. La teoría de la rebaja fiscal, de la liberalización, del "dejad hacer" a los mercados nos trajo hasta aquí: al paro masivo, los desahucios, la expropiación de derechos, la precariedad laboral y el desmantelamiento de lo público.

Ahora toca explorar la otra mitad de la servilleta.

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