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Corriente alterna

Tensar la cuerda

De la diferencia de trato de la religión cristiana respecto a la musulmana, y de los intentos de romper España

Unos persiguen a la Iglesia Católica con inclemencia feroz. Quieren destruir su labor, que pese a quien pese es meritoria. Igualmente tratan también de pervertir sus enseñanzas bajo la falacia de una apariencia neutra, y de un laicismo sin filos agresivos. Quieren convencer al pueblo de que la raíz de todos los males que nos afligen son las palabras de Cristo, pues al fin y al cabo, quiérase o no, Cristo no tiene otra voz que la de la Iglesia.

Y no es solamente la Iglesia Católica la perseguida. Tenemos en nuestra comarca recientes ejemplos de agresividad contra otras confesiones cristianas, como la Evangélica y la Anglicana, las cuales también gozan del "favor" de su profundo odio, de su aversión visceral y de su descalificación social más absoluta. Aunque -eso sí - con la religión musulmana, ¡Mucho cuidado!, no vaya a ser que nos quemen la casa, como hicieron con las Torres Gemelas, por poner un ejemplo reciente.

Con Mahoma buscaremos la "Alianza de Civilizaciones" que al fin y al cabo, hemos sido musulmanes durante ocho siglos y ahora les devolveremos la Mezquita de Córdoba o lo que haga falta y, por cierto, que no paguen el IBI si se la retornamos, porque será peor para nosotros si se enfadan, que seguro que se enfadarían.

Otros lanzan sus dardos contra la monarquía, tachándola de antidemocrática, pasada de moda y fuente perversa de corrupciones antisociales. No se tiene en cuenta, ahora que tanto se invocan las culturas tradicionales, que desde los visigodos hasta hoy hemos pasado diez y seis siglos de monarquía, institución que sirvió cumplidamente para vertebrar, cohesionar y engrandecer a España y, por el contrario, hemos tenido dos intervalos republicanos que, en total, suman escasamente once años y de cuyo recuerdo vale más que nos abstengamos de hacer comentarios.

Otros, aún, quieren romper España en trozos, tarea en la que los nacionalistas de todos los signos, se ven fuertemente apoyados por una extrema izquierda que hace cualquier cosa por arrancar de la sociedad un puñado de votos. Y, aunque en esta tarea suicida, también la derecha tiene algo de qué avergonzarse, lo cierto es que España, la España de todos, la España que sufre problemas económicos, paro, crisis y muchas cosas más que harían interminable este artículo, se ve impotente, como Hamlet se veía, para soportar "este torrente de calamidades".

No sé si ese espectro político al que me refiero cree de verdad que con el cambio de símbolos, el perseguir a los cristianos, el desgajar la unidad nacional y otra serie de despropósitos, se van a crear puestos de trabajo y a regenerar el Estado del Bienestar.

Si así lo piensan es que son tontos y si saben que ese no es el camino de la prosperidad económica y social, es que son unos malvados. Elijan Vds. la opción que mejor les parezca.

Y para finalizar, una reflexión (o un consejo): No sigan tensando la cuerda. Si se tensa demasiado se puede romper y si se rompe ¡Ay de todos nosotros! Ya seamos de derechas o de izquierdas, porque tenemos asegurada la destrucción de España, igual que se destruyeron otras naciones por razones de índole muy parecida y entonces se acabó la prosperidad, el estado del bienestar y todas las conquistas sociales que se han conseguido gracias al trabajo y a la solidaridad de todos.

Recuérdese que la Transición fue modélica y así la alabaron todas las democracias del mundo. Con ella emprendimos un camino que fue el de mayor prosperidad, libertad y esperanza de la España moderna. No queramos ahora destruir lo que tanto costó edificar invocando una "segunda transición" no sabemos hacia qué o hacia donde, pero que me temo que sería hacia nuestro fracaso colectivo y hacia el desastre como Nación y como Democracia.

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