El desastre generacional que supone el paro juvenil, -más de un 45% de los jóvenes de 16 a 25 años- empeora aún más si se tiene en cuenta que más de un 20% de los empresarios españoles, según su propio testimonio, afirman con perplejidad y desazón no encontrar profesionales suficientemente preparados para cubrir las plazas que necesitan sus empresas; lo datos parecen agravarse por cuanto los mismos empresarios observan con cierta perplejidad que la preparación profesional con la que se incorporan los estudiantes que finalizan la FP convencional y reglada no es adecuada y necesita ser reformada.
Mientras esto sucede, a algunos políticos -basta ver las aspiraciones de algunos- sólo les preocupa aquello de ¿qué hay de lo mío? A esta inquietud bastarda obedece esa guerra contra una democracia auténtica, por la que debe ser candidato al Gobierno el más votado y no el que se impone en los despachos a partir del contubernio de fuerzas políticas que nunca podrían gobernar si no es en alianza con minorías que se representan a sí mismas. Lo democrático es respetar la voluntad mayoritaria de los ciudadanos, no los intereses bastardos de los políticos que no salen elegidos por su número exiguo de votos.
Si el paro afecta principalmente a los alumnos con pocos o ningún estudio, no deja de afectar igualmente a los alumnos que han cursados estudios terciarios (FP de nivel superior y universitarios); este otro paro representa el 14%, cifra que supone el triple de los países de la OCDE. Con lo que la preparación superior no reduce el riesgo de desempleo, a diferencia de lo que sucede en otros países. Resulta frustrante que en España muchos jóvenes queman los mejores años de sus vidas preparándose para el empleo, pero esta dedicación y empeño no les garantiza un acceso fácil al mundo laboral. El futuro de los jóvenes que buscan cómo ganarse la vida y formar una familia no sólo no está claro, sino muy oscuro.
En casi todas las familias asturianas existe algún miembro muy preparado en situación de desempleo. Para algunos políticos lo importante son sus ambiciones electorales y pasan la vida entre reunión y reunión para postularse como el candidato mejor situado del futuro; sin embargo, en los problemas que afectan a una comunidad de personas tan importante como es la juvenil, los políticos parecen mirar para otra parte y se enzarzan en dimes y diretes por imponer sus obsoletos modelos educativo-pedagógicos y no llegan a un consenso mínimo para lograr una Formación Profesional Dual que atienda a las ofertas de empleo que necesitan los que más entienden de la materia, que son, sobre todo en Asturias, las pymes.
Los recientes y muy positivos datos de empleo han supuesto una luz de esperanza para jóvenes asturianos que han salido de la espiral del paro para entrar en la esperanza de empleo, aunque tengan que marcharse de Asturias para lograr su sueño de poder trabajar y progresar. Todo esto se puede venir abajo si las fuerzas políticas que generan paro con sus medidas de vuelta al pasado llegan al poder como sea y contra la mayoría de los votantes que han sentenciado quienes deben gobernar España, nadie si no la lista más votada con pactos de gobierno puntuales por el bien de la mayoría.
