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Chantaje a los sacerdotes católicos

Las habituales acusaciones de pederastia contra muchos religiosos

Una persecución contra los sacerdotes pretende atacarlos con la más satánica de las mentiras: acusarles de abuso de menores para chantajearlos. Si no ceden a las presiones de los chantajistas se los denuncia de pederastia, con lo que el mal terrible ya está hecho y la víctima ya está condenada, siendo completamente inocente y sin poder defenderse de una acusación imposible de demostrar en la inmensa mayoría de las ocasiones. Este nauseabundo chantaje está apoyado, en buena medida, por algunos organismos internacionales, con la finalidad de desprestigiar, calumniar y demonizar a la Iglesia Católica con toda clase de mentiras y atrocidades mediante la identificación de muchos sacerdotes católicos con la pederastia. Lo cual es puro terrorismo infernal. En este contexto chantajista resulta reveladora, por sorprendente, la medida del Papa Francisco de degradar a los obispos que no tomen medidas contra los sacerdotes acusados de pederastia. ¿Y si no lo han hecho?, ¿quién limpia la imagen al sacerdote chantajeado?, ¿acaso tienen los obispos la culpa de que sus sacerdotes sean víctimas de la extorsión, la calumnia y chantaje contra la que nada pueden, sino sufrir con paciencia el martirio de la difamación?

A ninguna institución se le acusa de pederastia; sólo a la Iglesia Católica. Es la prueba más evidente de que el chantaje continuo contra los sacerdotes es una mentira oficial aireada por muchos medios de comunicación claramente anticatólicos, sin más pruebas que las denuncias de chantajistas. El estiércol del diablo (como llamaba el gran Papini el dinero) es la causa del chantaje al que están sometidos sacerdotes venerables e inocentes.

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