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Catedrático de Lengua

Ignacio Gracia Noriega

Una breve semblanza del escritor llanisco, fiel a los Cursos de La Granda, recién fallecido

La última ocasión que traté a Gracia Noriega fue apenas hace un mes en La Granda, donde fuimos ponentes de un gran curso dedicado a Cervantes y en donde se analizó su obra y su persona desde diferentes puntos de vistas y perspectivas. Gracia Noriega analizó la diferente recepción que se hace en España de Cervantes, frente a Gran Bretaña, en donde Shakespeare goza de una admiración próxima a la veneración. Mi aportación fue más modesta, pues se centró en las coincidencias de las dos cumbres de la narrativa española, Santa Teresa, gran lectora de libros de caballerías, y Cervantes, quien con su Don Quijote de la Mancha, puso las bases de la novela Moderna y el fin de los libros de caballerías tradicionales.

Gracia Noriega era un asiduo asistente a los cursos de La Granda, además, su persona y su obra fue tema de un curso específico en el que relevantes personalidades de la cultura, política y el periodismo, (Fernández, Francisco Sosa Wagner, Santos Villanueva...) analizaron la poliédrica personalidad de este escritor indomable, colaborador eficaz y constante de LA NUEVA ESPAÑA.

Gracia Noriega sacrificó otras aficiones en las que podía haber destacado, como la política, por su gran pasión ser escritor contra viento y marea. Un faceta muy importante de la personalidad de Gracia Noriega, era su habilidad retórica para la tertulia y la conversación; su gran personalidad y su voz armoniosa y potente le hacía centro de atención, también por su memoria prodigiosa para enlazar anécdota tras anécdota sin solución de continuidad de temas y personajes. Incluso en su última visita a La Granda, y a pesar del evidente deterioro físico que en pocas semanas puso fin a sus días terrenos, se mostró como realmente era: acogedor y entrañable, a pesar de que sus escritos y artículos rechazaban de forma especial la estupidez y la vulgaridad escondidas en apariencias progresistas y demagógicas que no llevan a nada porque nada son. Descanse en paz Ignacio Gracia Noriega en el recuerdo y la oración.

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