Estos días son noticia en la comarca dos hechos que dan idea de cómo se las gasta la Administración con los ciudadanos a los que supuestamente sirve. De un lado, un corverano al que Tráfico ha dejado sin puntos en el carné de conducir por un error burocrático lleva meses -sí, sí, ha leído bien: meses, no días ni semanas- tratando de que le devuelvan los puntos "secuestrados"; y de momento sin éxito. Se ve que el celo casi inquisitorial que gasta Tráfico para "quitar" no tiene paralelismo cuando lo que toca es rectificar. El otro ejemplo de mala praxis lo da el Ayuntamiento de Avilés, que admite la existencia de fallos en la tramitación del mapa de la zona azul (de tal manera que se pintaron como aparcamientos de pago plazas que no constan en la norma), pero que actúa a toro pasado, cuando un juez le ha sacado los colores a instancias del recurso de una ciudadana que había sido multada. Una ciudadana a la que, en primera instancia, ni se dignaron contestar cuando alegó.
