El colector industrial de la ría de Avilés lleva camino de convertirse en uno de los mayores escándalos de la comarca en años. Tras un lustro acabado y sin uso, esta infraestructura básica para el saneamiento local ha costado ya más de 16 millones de euros a los contribuyentes, entre su construcción y la importante reparación a la que fue sometida en verano. Y ahora resulta que el Principado se niega a hacerse cargo de la obra, ejecutada por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, por importantes carencias. Lo primero que cabe preguntarse es si esas carencias se corresponden con el proyecto inicial o con su ejecución (en ambos casos, datan de la época de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Vicente Álvarez Areces). Y lo segundo, si la Confederación ha hecho realmente lo que se le pidió. De lo que no cabe duda es de que ambas partes deben reunirse de urgencia para poner fin a este despropósito.