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Catedrático de Lengua y Literatura

Un caraviense ilustre

EL Rvdo. Don José Antonio Montoto deja su querida parroquia de Santo Tomás de Cantorbery, a la que tengo especial cariño porque fue en ella donde recibí por primera vez a Jesús Sacramentado, que no fue la última como suele pasar en estos tiempos; tiempos en los que no faltan sacrilegios satánicos contra la Sagrada Eucaristía, como ha sucedido estos días en Villarreal, en la basílica de San Pascual Bailón, patrono de la Adoración Nocturna, con la profanación de las sagradas formas. Por entonces, con otros muchachos llegados de Arija, ayudábamos a Misa bajo la atenta atención del célebre párroco Don Mateo. Además, éramos asistentes asiduos a la catequesis dominical, a la que nunca faltábamos, excepto por causas mayores.

Don José Antonio deja Santo Tomás para atender a otros menesteres sacerdotales menos vistosos, pero muy importantes, como es la dirección de la Casa Sacerdotal, vital para la Iglesia asturiana, que tiene la obligación de cuidar y mimar a aquellos sacerdotes que después de entregada su vida a servir a los demás con generosidad, necesitan pasar los últimos años sin agobios y soledades. Allí, el arzobispo emérito y benemérito Don Gabino Merchán vive rodeado del cariño de sus sacerdotes ancianos y venerables.

Nadie mejor que José Antonio Montoto, sacerdote sabio y emprendedor. Su currículum sacerdotal es admirable. Se puede decir que, menos obispo titular, ha sido casi todo: desde humilde coadjutor hasta rector del Seminario y otras responsabilidades eclesiásticas que le han exigido una entrega generosa y desprendida, como Vicario Episcopal y Prelado de Honor del Papa. En Avilés, dejará una huella difícil de olvidar. Muy preparado, buen teólogo y pastoralista, uno de sus grandes logros ha sido sacar a la Iglesia de la sacristía para acercarla a las realidades culturales y sociales del entorno que plasmó en el famoso y eficaz "Atrio de los Gentiles", una tribuna de prestigio nacional, en la que he tenido el privilegio de participar y en la que se abordan todas las cuestiones fronterizas tanto de la Fe y Razón, como las de la Ciencia y Religión.

Aunque nacido en Caravia, siempre ha estado unido estrechamente a Avilés, en cuyo instituto Carreño Miranda cursó el Bachillerato para después ingresar en el Seminario. Gran amante de la música con argentina y modulada voz, además de gran animador de la vida musical avilesina, junto con sus amigo José María Martínez (Chema), referente obligado del instrumento por excelencia de la Iglesia -el órgano-, el sacerdote Montoto fue el promotor y fundador de uno de los conjuntos más populares de la música juvenil, el grupo "Neocantes", que se codeaba con el famoso "Mocedades" de Amaya. Deseo lo mejor para este sacerdote ejemplar amigable y cercano en su nueva y exigente responsabilidad: cuidar con solicitud los últimos años de sus hermanos en el sacerdocio.

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