La gala anual del Club de Empresas dejó hace dos días motivos para el optimismo, no sólo por el reconocimiento a la buena labor de los premiados (el psiquiatra Juan José Jambrina, la Atlética Avilesina y los organizadores de la Holi Party, con el Niemeyer a la cabeza) sino también porque el sector privado local dio muestras de saber muy bien lo que se trae entre manos. Con una sola voz, y ante concejales de todos los colores, sus representantes pidieron más alto y claro que nunca un plan para convertir Avilés en un referente nacional del turismo de congresos. La ciudad cuenta con casi todo para caminar en esa dirección: está a un paso del aeropuerto, en el corazón de Asturias y dispone de hoteles y auditorios con sobrado potencial. Los empresarios han descubierto el filón. Ahora solo falta que los políticos escuchen a los que más saben para que, todos juntos, lo exploten.
