Como sostiene el PSOE, es más que probable que la comisión sobre la adjudicación del servicio del agua no aclare nada y solo sirva como arma arrojadiza de la oposición. Lo que no se puede entender es por qué el gobierno local ha tardado más de un año en crear un organismo votado en el Pleno por orden judicial, con la rocambolesca explicación de que la secretaria municipal estaba de baja laboral. Tampoco es comprensible que se niegue en redondo a que haya comparencias abiertas de cargos públicos pasados o presentes (otro caso son los técnicos de empresas), que nada debieran temer de las preguntas de un puñado de concejales, la mayoría con menos experiencia que ellos. Y tampoco es coherente que, en Oviedo, los socialistas apoyaran y ejecutaran un tipo de investigación que niegan en Avilés. Rendir cuentas en la administración no implica culpabilidad, tan sólo transparencia. Y debe hacerse con naturalidad.
