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Una judoka por esencia

La ovetense Amelia Fernández Cabo, que comenzó en el judo a los 7 años, es la primera mujer asturiana en conseguir el cinturón rojo-blanco sexto dan

La ovetense Amelia Fernández Cabo, que suma más de tres décadas practicando judo, posa con su traje de competición en Oviedo. MIKI LÓPEZ

¿Gimnasia o judo?. Esa fue la pregunta que le hicieron sus padres cuando apenas tenía 7 años. El objetivo: que su hija hiciera deporte. Escogió el judo, dice que por su caracter. Ahora, 33 años después, puede decir que no se equivocó al tomar esa decisión, aunque quien sabe lo que podría haber conseguido en el mundo de la gimnasia. Se trata de Amelia Fernández Cabo, una ovetense que acaba de convertirse en la primera mujer asturiana en lograr el cinturón rojo-blanco sexto dan.

El idilio entre el tatami y Amelia surgió por casualidad. O, simplemente, porque ella misma lo decidió. En sus inicios con apenas siete años tuvo mucho que decir Severino García Vázquez, su primer maestro, "quien marcó mi inicio y mi continuación" en este deporte. Con nueve años afrontó su primera competición, una cita que aún tiene muy presente en su memoria. "Recuerdo que perdí y que estaban mis padres y amigos viéndome, estaba muy nerviosa", dice. Ese combate no la desanimó, más bien lo contrario. "Soy una persona que aprende de los errores, siempre intento superarme y mejorar", indica. Gandoy, su actual maestro, lleva con ella dos décadas y ha visto y vivido en primera línea la evolución de Amelia. "Es muy buena persona, incansable y sufridora y con un carácter especial; técnicamente es muy buena", asegura su profesor.

Amelia, que pertenece al Club de Judo Hermandad de Empleados Cajastur-Liberbank, tiene en su haber un amplio palmarés a nivel regional y nacional, además de varias convocatorias con la selección española. Destaca, por encima de todo, además del 6º DAN recientemente estrenado, que junto a Elena Rodríguez forma parte de la única pareja femenina española en lograr medalla en competición internacional de katas, sumando tres metales: dos bronces (Italia, 2006, y Alemania, 2007) y una plata (Italia, 2010). Además, la Federación Asturiana de Judo la premió por su trayectoria con un galardón que dice mucho de sus logros encima del tatami, aunque ella le quite importancia. Y es que la Territorial, a quien agradece todo el esfuerzo que hace por promocionar el judo, la premió por haber quedado 12 años seguidos campeona de Asturias en distintas categorías y diferentes pesos. En total, suma 18 campeonatos de Asturias. A nivel nacional, en su palmarés figuran nueve subcampeonatos de España en katas.

El camino hasta donde ha llegado Amelia está al alcance de muy pocos. Hace falta disciplina, trabajo, esfuerzo y sacrificio. "Lo hago porque me gusta, yo vivo y siento el judo, disfruto mucho entrenando y en competición", sentencia. Quizás ese sea el secreto del éxito de Amelia, que empieza a ser consciente de que forma parte de la historia del judo asturiano. "Todo lo que he conseguido es fruto del trabajo realizado en todos estos años", explica. A lo largo de su carrera, Amelia ha compaginado siempre el judo con los estudios universitarios y el trabajo. Ha dedicado muchas horas en el tatami, pero como ella misma dice, "si te organizas hay tiempo para todo".

El judo también tiene mucho que decir en la vida personal de Amelia. Y es que a través de este deporte conoció a su marido, Raúl Carretero, cinturón negro 1º DAN. "Cuando lo conocí, era con el que preparaba los combates", explica la judoka, que conoce este deporte en toda su extensión, ya que es profesora, árbitro, compitió en combates y en katas. Además, está dentro de la Territorial donde es la responsable de la sección judo-mujer, desde donde intenta fomentar este deporte entre las chicas. "Siento que yo abrí el camino", indica.

Amelia prefiere no hablar de retos de futuro. "Lo que tenga que venir, vendrá", dice. Lo que tiene claro es que este deporte forma parte de su vida. "Soy judo por esencia", subraya la judoka, que quiere recalcar que este deporte "te inculca unos valores, disciplina, respeto, sacrifico y es muy importante a nivel formativo y educativo". Por eso, anima a todos los niños a que descubran un deporte que a ella le apasiona, algo que se nota cuando habla de judo. Y no para enumerar sus títulos, sino para descubrir todo lo que encierra un deporte que le ha dado y le seguirá dando muchas satisfacciones.

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