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Senderismo

Por tierras de Piloña

Senderistas en Sevares. LNE

El sendero de gran recorrido G. R. 109 "Asturias Interior" que se desplaza desde Panes hasta Santa Eulalia de Oscos, atraviesa la región de Este a Oeste en 27 etapas con una suma total 500 Km. Recorre la orografía asturiana por senderos, caminos reales y pistas de montaña dibujados a media ladera de sus montañas y valles, mostrando al usuario los amplios contenidos culturales, etnográficos, históricos y paisajísticos que jalonan el itinerario. La ruta que hoy proponemos (etapa 5) discurre toda ella por el territorio de Piloña enlazando las poblaciones de Sevares con Valle.

Para tal fin comenzamos la caminata en el aparcamiento del la iglesia de San Pedro (128 m.) cercana al paso de la carretera N-634 (Km. 372). Una vez allí hemos de admirar su estructura cuyas primeras referencias se remontan al s. XI. El actual templo se levantó en el s. XVIII y reconstruido en 1941. Después y siguiendo la señalización nos adentramos en la maraña rural entre caseríos y prados orientados con sentido occidental hacia la localidad de La Piñera, hasta acercarnos al cauce del río Color cuyas aguas proceden de los montes de Vízcares y Cuño respectivamente. Lo cruzamos por un puente de piedra hacia la margen opuesta por donde se reparten las callejuelas del núcleo.

Por una de ellas nos dirigimos hasta la ermita de San Esteban donde tomamos una caleya a la izquierda variando el rumbo a la sur por una pista que asciende con sostenido remonte entre hermosas praderías por donde pulula algún que otro corzo. La subida, que nos ofrece buenas panorámicas hacia el barranco del río Color con la peña Priede en primer término, culmina en la Sierra Piñera donde aparecen viejas casonas, algunas en desuso. Al final enllanamos y cruzamos el cauce del arroyo Pandal hasta aflorar en la carretera local que sube a Pesquerín. Al llegar a este crucero, hemos de dirigir nuestros pasos carretera abajo hacia Moñes y su conjunto de barrios que se distribuyen por La Cabañona, La Fayoca, Cima la Villa, el prado de La Magdalena, donde está edificada una capilla (s. XVIII) con esa advocación, que está asentada sobre restos antiguos. Después se localiza Pumarín y La Torre y todos ellos repartidos por una amplia ería jalonada de caseríos. (219) 5, 5 Km. en 1 h. y 40 min. de marcha. El edificio más destacado es La Torre, cuya construcción se remonta a cuatro siglos atrás y justamente en el tendejón contiguo se aprecia la figura de un personaje histórico que apareció enterrada en las obras de una vieja casa. Moñes tiene una larga historia, pero la más protagonista es su famosa Diadema, una pieza de orfebrería céltica peninsular de lo más singular que se encuentra repartida entre el Museo Arqueológico Nacional, el Museo de Saint-Germain-en-Laye de París y el Museo de Valencia de Don Juan. Las figuras que la componen han sido objeto de distintas interpretaciones por eminentes historiadores y arqueólogos.

Abandonamos Moñes tomando la carretera que desciende a la localidad de Villamayor. A poca distancia existe un nuevo crucero por donde las señales senderistas, borradas en parte, marcan una de las variantes de esta ruta que desciende al barrio de Carúa de esta localidad, alternativa que nosotros hemos obviado. Una vez en Villamayor (100 m.) 7 Km. en 2 h. y 15 min de marcha-, nos iremos al barrio de Carúa.

En su plazoleta y tras cruzar el puente sobre el río Pequeño, nos vamos a la derecha siguiendo la señalización de la pista de tierra que llanea paralela a la carretera N-634 hasta enlazar con la vía de acceso a Melardi, rumbo que tomamos yéndonos a la izquierda con un suave ascenso hasta alcanzar el barrio de Les Mates,. Vamos de frente hacia el núcleo rural y en el crucero de caleyes, donde finaliza el asfalto, proseguimos el viaje al suroeste con una constante subida hasta un collado cuyas panorámicas abarcan incluso a la villa de Infiesto. Justamente en la collada se encuentra la oquedad de La Reboria desde la cual se extraía antiguamente arena de fregar que se vendía en los hogares de Infiesto. El pueblo de Valle lo vemos a nuestros pies y hacia nos dirigimos tras un breve descenso hasta alcanzar el barrio de El Mecín y la plaza principal donde se sitúa su iglesia parroquial y donde damos por finalizada esta ruta senderista.

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