El núcleo piloñés de Villamayor, es un buen punto de partida para atacar la ladera Sur del concejo de Piloña,y subir a uno de sus enclaves más característicos el cual nos permite ver al Sur las altas cumbres de la Cordillera Cantábrica y los Picos de Europa, y al Norte el Mar Cantábrico.
El punto de partida bici no es otro que el restaurante Benidorm y desde el cual se sigue en rumbo Oeste por la carretera Nacional 634 para encaramarse en el pueblo de Melarde, todo ello por carreteras locales por las cuales se gana la aldea de Valle, desde cuyo punto se toma un antiguo camino que por la Corredoria l nos dejará en el Orrín.
Se entra en Infiesto,y se sigue por la calle trasera para subir por carriles hormigonados a Biedes desde donde se continúa variando el rumbo, al Noreste por la carretera PI-7 hasta La Granja, momento en que se abandonan las cómodas carreteras para subir a la cumbral del Monte Cayón.
Una vez alcanzada la cumbre del Cayón, nos echamos ladera abajo, por El Pindal y La Parea, para llegar a las instalaciones de un campo de tiro, al pie de la carretera AS-258 en donde se gira a la derecha hacia Pintueles, para ganar su impresionante iglesia por medio de un de un camino hormigonado en fuerte subida que nos obliga a abandonar la carretera
De la iglesia de San Cristóbal de Pintueles, se sale por un camino que está al Oeste pero que pronto vira al Norte para encarar la ascensión hacia al caserío de hidalgos de La Roza, desde donde se continua en ascenso por caminos hacia La Formiga, bordeando de esta manera por el Oeste el Pico Viyao, y pudiendo ver a la izquierda la picorota del Cueto Incós.
Tras dejar atrás La Formiga, se sigue dando pedales hacia la aldea de El Arbeyal, cuyo acceso nos permitirá a su vez llegar al enclave de Anayo, donde se impone una parada técnica, pue se llevarán rodados unos 23 kilómetros y un importante desnivel acumulado.
Se sale de nuevo a rodar desde Anayo por el camino viejo que lo une con la aldea de Robledo y desde cuyo núcleo se vira al Norte para afrontar la subida por Entrecuetos en el Monte Grande, y culminar en la misma pica de El Cueto, perlada de antenas de telefonía, y desde aquí se pueden ver las estampas antes citada, con las laderas del Sueve casi que al alcance de la mano.
El Cueto ahora toca descender hacia el Alto de la Llama, y lo haremos por la derecha, por un sendero que se abre por entre brezos y cotoyas siguiendo la línea concejil de Piloña y Colunga, siempre dirección Este, aunque pronto hay que empezar a realizar zigzaguear para ir bajando hacia el enclave del Alto de la Llama, son caminos y sendas un tanto perdidos, en los cuales hay que pelearse con la vegetación que amenaza con tragarse los viejos caminos.
Ya en el enclave de La Llama (carretera AS-258), persistimos en el rumbo Este tomando la pista que sube hacia la majada de Espineres, son unos 2 kilómetros de subida, punto donde se vira al Sur, dejando de lado la pista, entrando a la derecha hacia Vallina Los Pozos, y el comienzo del Valle de Campurriu, por cuyo ramal que sube a la guapa cabaña la Cruz de Maria Mingo, para desde ella bajar, por tramo hormigonado y en franco descenso, hasta las aldeas de San Feliz y Sieres.
En Sieres, se cambia de trazada y de firmes, pues debemos girara a la izquierda para ir por La Rebeca, dejando el ramal de Vasivil a la izquierda. Ahora rodaremos por un camino en plano, perlado de piedra y hojas otoñales; rodamos pegados a la ladera del Fondigón y Valleangostu, con tramos más cerrados, pues las casas se han venido abajo y los caminos están medio perdidos, aunque aún guardan una gran belleza.
Se da vuelta al Cantu La Tabla por el Este, para entroncar con el acceso a La Vallina del Osu, por cuyo trazado se desciende hacia el Palacio del Omedal, a cuyo punto se toma un camino lateral huyendo del asfalto, hasta toparnos con el Camino romero que por La Barquera y Aguín se cruza el río Piloña, para entrar de nuevo en Villamayor
