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Un titán de 16 años

Pablo Antuña se convirtió en Marruecos en el participante más joven en finalizar una de las carreras más duras en bicicleta de montaña que se disputan a lo largo del año

Pablo y Aquilino Antuña, tras cruzar la meta en la última etapa. LNE

Pablo Antuña acaba de revolucionar la Titán Desert, una de las pruebas de bicicleta de montaña más duras que se disputan a lo largo del año. A sus 16 este joven de ascendencia asturiana, su padre Aquilino es de Carbayín y pasó su juventud en Gijón lugar adonde viene con frecuencia, se convirtió en el participante más joven en finalizarla.

Pablo conoció la Titán Desert el pasado año cuando acudió a ver algunas etapas en las que participaba su padre. Allí decidió que quería participar y así se lo dijo. "Me enganchó el ambiente que había y poder vivir una experiencia así y además en compañía de mi padre, era algo que me atraía mucho" reconoce Pablo "se lo dije a mi padre que me compró una bici y me apuntó a un gimnasio y empecé a entrenar, estuve todo un año". Fue un año duro en el que compartió con su padre muchas horas de pedalear. "Valoro mucho todas las horas que pasamos juntos entrenando, eso para mi es ya un logro", afirmó Aquilino Antuña.

El objetivo era afrontar una carrera que se desarrolla mayoritariamente por el desierto en seis etapas de 115, 114, 122, 95, 94 y 79 kilómetros respectivamente y todas ellas con importantes desniveles y con fuerte calor.

Aquilino lleva en Madrid alrededor de 30 años, se fue a estudiar ingeniería de telecomunicaciones y hace una década fundó una empresa, Quantis, que se dedica a las telecomunicaciones vía satélite. Hace un par de años la organización de la Titán Desert se puso en contacto con él para ver si quería colaborar en la mejora de las comunicaciones de la propia carrera y de los participantes. Haciendo ese trabajo fue donde Aquilino tuvo contacto con la carrera y decidió prepararse y participar. Lo hizo el pasado año "no acabé pero la experiencia fue muy buena", reconoce. Ademas fue ahí donde Pablo también decidió que él también quería participar.

"Lo de Pablo fue una movida muy grande porque nadie pensaba que un chico tan joven iba no solo a participar sino a acabar" asegura Aquilino. Y no fue nade fácil sobre todo tras lo sucedido en la segunda etapa en la que a falta de 30 kilómetros Pablo está a punto de quedar deshidratado. Los servicios médicos de la prueba le pusieron litro y medio de suero pero a pesar de ello Pablo se empeñó en acabar. El coche de los médicos fue tras ellos y los dos, padre e hijo, llegaron al borde del cierre del control. El resto de los participantes recibieron a Pablo haciéndole pasillo y en medio de una gran ovación. "La etapa en sí no era demasiado dura pero veníamos de la primera que mucha gente había dicho que era la más dura que se había hecho nunca. Yo acusé el esfuerzo y la terminé como pude y casi deshidratado, pero al llegar el recibimiento de los demás participantes fue impresionante", recuerda Pablo.

La organización permite no hacer una etapa y poder reengancharte y eso fue lo que hizo Pablo. No salió en la tercera, algo que se le hizo muy duro, pero si completó las otras tres que quedaban y se ganó el trofeo que la organización entrega a todos los que finalizan la carrera. "Había que verle en la sexta etapa hacer muchos kilómetros de pie porque tenía el culo lleno de llagas que apenas le dejaban sentarse. Pero aguantó y acabó" recuerda Aquilino. Para él "la Titán Desert no es una carrera, es una experiencia. Habrá unos 50 que van a ganarla, el resto van por otra cosa". En la edición del presente año se dieron cita desde ex ciclistas del nivel de Melchor Mauri, ganador de una Vuelta a España o Cadel Evans vencedor de un Tour junto con deportistas anónimas que buscan superar retos personales o colaborar en causas solidarias. En la edición de este año tomaron la salida 610 ciclistas y la acabaron 546.

Pablo está ahora enganchado a la bicicleta y le sacó a su padre la promesa de que si acababa la Titán Desert le compraba una de carretera. Juntos seguirán entrenando y preparando nuevas aventuras. Alguna ya han tenido previa a la Titán Desert como su presencia en las Castro-Castro en Cantabria, de 100 kilómetros y que también les aficionó a la carretera. Mientras tanto queda el recuerdo de un debut a lo grande y muy mediático y las horas compartidas entre ambos que seguro les ayuda a conocerse mejor.

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