"En términos generales estamos bastante contentos, la gente se comporta bien y los clubes están muy encima de los entrenadores, el balance es mejor que el del año pasado", comenta Alberto Lobato, organizador de esta Liga que cumple su segunda edición. En ella toman parte treinta equipos en los que participan jugadores de 4 y 5 años y en el que lo primordial es la educación. En ello trabajan a destajo desde la organización, tratando de concienciar a clubes, entrenadores, padres y árbitros de que la tarea más importante es formar con valores a los jóvenes futbolistas. El resultado, debe de pasar a un segundo plano y en esta edición, el número de incidencias alrededor de los partidos ha disminuido.
Siempre hay, desgraciadamente, algunas excepciones que "son difíciles de controlar". "El problema fundamental es que hay padres que ven a los niños como si fueran adultos, viven el fútbol de una forma distinta y lo viven a su manera, equivocada para estas edades", comenta. Alberto Lobato lo ha percibido con sus propios ojos y se sitúa en el prisma de los distintos puntos de vista que rodean a un partido de fútbol. Colabora extensamente con la preparación del estamento arbitral en este caso e incluso admite que "tuve que tirarle de las orejas a algún arbitro por su comportamiento, no puedo permitirles que contesten a un padre, tampoco a la inversa, y este año hemos ido a pedir perdón por este tipo de actitudes", relata.
Cada viernes se disputan trece partidos en las cinco sedes con las que cuenta la Liga y solo resta una jornada para el final. A pesar de estar en el tramo más decisivo si lo basamos en el aspecto deportivo, el comportamiento está siendo ejemplar. "Estuve en el duelo entre La Asunción y el Gijón Industrial y el comportamiento de los padres fue una maravilla", comenta Lobato.
En la piel del árbitro
Por la mente de Alberto Lobato ya han pasado algunas ideas a tener en cuenta de cara a futuro inmediato. Una de ellas es la de ponerse en la piel del árbitro. Por ello, su idea se basa en que "padres y entrenadores puedan arbitrar a otros clubes una o dos jornadas durante la temporada y así puedan ver lo difícil que es", asegura. Una iniciativa que lleva dos años planteándose y que espera llegue a concretarse en el futuro.
Los incidentes ocurridos en el fútbol asturiano, en edades más avanzadas, hacen que salten las alarmas en busca de soluciones desde la base. "Nos gustaría más trabajar con los padres y los entrenadores, creo que es la llave para el fútbol base, son los que tienen la capacidad para guiarles, los entrenadores deben de poner la línea muy clara a los padres, está en su mano", confiesa. Al margen de la mejora en los comportamientos externos a la pista, la competición avanza y ha llegado ya a su última jornada, donde se decidirán los equipos que jugarán las semifinales el 25 de mayo y las finales, previstas para el 2 de junio. Todo ello, con el triunfo de la educación.
