... la cigüeña verás, y si no la vieres, año de nieves". Este refrán, que hace alusión a la llegada de la zancuda ("Ciconia ciconia") a primeros de febrero (San Blas cae el 3), y cuya mención puede parecer ahora un disparate, probablemente era un hecho normal para los navenses de finales del siglo XVIII, si nos atenemos al testimonio del informante ¿anónimo? que facilitó datos sobre este concejo para su inclusión en el Diccionario Geográfico de Tomás López. Según manifiesta, en aquel tiempo su presencia era habitual y, por tanto, digna de ser mencionada. Al respecto he de decir que la pasada primavera pude ver y fotografiar un ejemplar posado en los prados llanos de Les Arriondes, que se extienden al sur del apeadero de Ceceda, y que, al parecer, ya no resulta tan raro ver en nuestro territorio, de vez en cuando, algún ejemplar solitario, e incluso parejas, pero el estudio de este asunto es un trabajo para entendidos, como el maestro Luis Mario Arce Velasco.
Bien, simpáticos volátiles aparte, lo cierto es que enero ha sido un mes en el que el Museo de la Sidra, y la delicada situación que atraviesa, ha vuelto a tener un papel protagonista. Con esto y con Fitur y su repercusión mediática, se ha vuelto a poner de manifiesto la necesidad de contar con buenas infraestructuras y un bien atendido patrimonio.
Y, en relación con ello, parece adecuado recordar que no hay nada nuevo, en cuanto a la preocupación por estos aspectos del concejo se refiere, si tenemos en cuenta que en enero de 1926, es decir, en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera, hace ya la friolera de noventa años, y bajo los auspicios del entonces alcalde, don Celedonio Berros, se constituía en Nava el Comité de Turismo. Lo integraban diez ciudadanos y su presidencia la ostentó don José Segarra Segarra, doctor en medicina que, con el paso del tiempo, acreditaría una larga trayectoria profesional en estas tierras. Al parecer, la primera actuación del entonces recién creado comité consistió en evaluar el estado de las comunicaciones, conocer las disponibilidades hosteleras y hoteleras, mencionar los edificios históricos dignos de ser visitados y hacer relación de los servicios disponibles para la atención del visitante, entre otros asuntos.
Hay una pequeña historia que, cada día, el paisanaje traza, teje y escribe, metafóricamente, sobre la vieja piel del municipio. Paisanaje que en enero se ha visto mermado, inapelablemente, con varias ausencias. Carmina Bárzana Barbón, de Ceceda, viuda de Robustiano Díaz de la Parte " Tano"; Jesús Corte Peláez, de Nava; Raúl Martínez Rodríguez, 39 años, naveto y empresario hostelero; José Luis Camblor Alonso, vecino que fue de La Llera (Tresali), y Juan Manuel Remis García, 63 años, naveto afincado en Pola de Siero, nos han dejado en este primer mes del año. Sea con todos la paz y el descanso. Entretanto, los que quedamos nos aprestamos a subir la cuesta de febrero.
