Felipe López ha realizado con brillantez la licenciatura de Dirección y Administración de Empresas en la Universidad de Comillas-ICADE de Madrid después de un sobresaliente bachiller en Gijón. Estudioso, responsable, sensato y discreto, el primer ahijado del hoy rey de España se comporta como un joven ejemplar. El hijo de Eugenio y Milagros personificó la recuperación del medio rural en Peñamellera Baja. De ahí el primero de los premios como "Pueblo Ejemplar" que concedió la entonces Fundación Príncipe de Asturias a San Esteban de Cuñaba, un enclave escarpado en la falda de los Picos de Europa que ofrecía su propia alternativa para recuperar la población y la actividad rural. Eugenio López, aquel extrabajador de la cadena de montaje de Renault volvía al pueblo y su hijo llegaba al mundo apadrinado por un Príncipe. Un inicio de ensueño que se topó, pronto, con la dura realidad de la montaña asturiana. Los esperanzadores propósitos iniciales, atractivos y atrayentes, se interrumpieron y el ahijado real, como tantos jóvenes del medio rural, acabó en la acogedora villa de Jovellanos.
El recuerdo del primer "Pueblo Ejemplar" regresa después de conocer el "modelo Cabranes" para frenar el abandono rural, que ha convertido el concejo en un ejemplo de reactivación demográfica y le ha proporcionado un nuevo florecer sin necesidad de cruzar el Atlántico. El empeño del exalcalde Alejandro Vega en la introducción de las nuevas tecnologías, los valores propios del campo y la centralidad del territorio cabraniego han facilitado la transición de una tierra envejecida a un nuevo tiempo rural con perfiles más jóvenes e innovadores. Que así sea, se fortalezca y consolide el ejemplar "modelo Cabranes". Aunque la vida rural resulta dura, y más con la que está cayendo en este tiempo, Asturias lo necesita.
