Va convirtiéndose en tradición en el Bajo Nalón lo de trastocar santoral y eventos. Desde hace años, San Silvestre madrugó más por Pravia y La Arena, para echar a correr con unos días de antelación, evitando competencia leal y tradicional. Por Oviedo atrasaron el carnaval una semana, con la intención de no competir con los de Gijón y Avilés, y este año por Pravia, también por Villaviciosa, se apuntaron al modelo aplazado. Puede que el carácter laico, incluso irreverente, del evento, permita este tipo de licencias, que me son absolutamente indiferentes. No me parece una mala medida para la hostelería local, sobre todo con el formato adoptado este año en Pravia, en el que bares y personal adscrito al mismo eran parte de la fiesta. Cuando se consigue involucrar a los máximos beneficiarios del evento y las instituciones públicas se limitan a ejercer tareas de acompañamiento suelen funcionar mejor las cosas para todos.
