Cuando se estaba elaborando el Programa de Desarrollo Rural de Asturias, para el periodo de programación europea 2014-2020, recuerdo que los responsables técnicos y políticos le daban gran importancia a los sistemas agroforestales. Puede que por contagio de lo reflejado en la reglamentación que regula las ayudas, por convencimiento propio o por ciencia infusa, el tema agroforestal cobró importancia y se coló dentro de las prioridades del medio rural asturiano. El gran potencial agrario y forestal del Bajo Nalón debe ser clave para el desarrollo de los sistemas agroforestales, revisando fórmulas de gestión del territorio obsoletas y poco productivas. Mientras repitamos modelos asociados a producciones madereras de escaso interés comercial y sin futuro estaremos desaprovechando una buena oportunidad para comercializar castañas, nueces o arándanos, e incluso de fomentar sistemas silvopastorales. Seguimos buscando el gato para ponerle el cascabel.