El protagonismo de los pequeños en nuestra sociedad tiene pinta de deriva. Quienes recordamos "tú calla que está hablando una persona mayor" empezamos a ver cómo padres, abuelos y demás guardaron silencio interviniendo el chiquillo. Posteriormente comprobamos el riesgo de corregir a un crío por una acción inadecuada. Luego vimos a los infantes asumir responsabilidades de mayores, en una clara dejación, pues el chaval decide al acabar Infantil a qué colegio de Primaria va, qué áreas educativas elige en las optativas y más. Hoy ya son ellos quienes entrevistan a los políticos en televisión. Pequeñuelos verán el programa, dirán a los mayores qué votar y les harán caso, porque con lo listos que son... Si porque la cadena que hace el programa sabe como pocas qué anzuelos usar en las distintas pescas. Hace un tiempo, en una ponencia sobre niños de altas capacidades, comenté que todos los niños necesitan tener seguridad en las decisiones de sus padres y que, con criterio, son los padres quienes deben imponerse, y más cuanto más inteligentes. Si no pensarán: "Que piltrafa de adultos hay que hacen lo que yo diga con mis nueve años. No se puede confiar en ellos".
