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El Cogollu

Valdediós y el padrenuestro

El anuncio de la recuperación de la vida monástica en Valdediós ha sido recibido como excelente noticia, según el alcalde de Villaviciosa, Alejandro Vega. Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo, ha logrado que las hermanas carmelitas samaritanas del Corazón de Jesús, de Valladolid, den vida a los vetustos muros que la orden de San Juan abandonó hace cuatro años tras el frustrado regreso del Císter.

Conservo a mano una fotografía en la que aparecen el arzobispo Gabino Díaz Merchán, su vicario general Javier Gómez Cuesta y el ecónomo diocesano de la época José Gabriel García, Pepito, en la abadía de Casamari, en el Lacio italiano, cuando se firmaban documentos de colaboración con Valdediós. El Císter lo había fundado en 1200 y lo recuperaba en 1992. Casi nada. La cúpula diocesana visitaba uno de los más importantes monasterios italianos con los sacerdotes Marcelino Garay y José Manuel Parrilla, estudiantes en Roma en aquel tiempo. Entre historia, amareto y recogimiento monástico, Pepito se encargaba de presentar al que sería el nuevo abad de Valdediós. Un catalán forjado en Poblet, asistente del general de la orden y miembro de uno de los ministerios del Vaticano: Jorge Gibert Tarruel, genio y figura. Una autoridad respetada en el Císter, sabio en liturgia y buen conocedor de los dicasterios romanos. En el "labora" de Gibert figuraba un mérito que Pepito se encargaba de subrayar. Era miembro de la Congregación para el Culto Divino que modificó la letra del "Padrenuestro", la oración que el mismo Cristo enseñó. Otros tiempos los de Juan Pablo II. Se había concluido que pedir al Padre el perdón de "las deudas" y perdonar "a nuestros deudores" resultaba inadecuado. Así ahora se perdonan "las ofensas" y "perdonamos a los que nos ofenden". Con la jubilación de Díaz Merchán y la llegada de Carlos Osoro se produjo su abrupta salida de Valdediós. Gibert, que como buen catalán prefiere perdonar ofensas y no deudas, ora en Cóbreces para que Dios tenga piedad de quienes le ofendieron. La deuda pendiente sigue siendo la recuperación monástica de Valdediós.

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