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Despacito y buena letra

Se repite la jugada

Sobre la vigencia de la lucha de Casius Clay por sus creencias religiosas y contra la guerra, un combate todavía inconcluso

En los momentos de ocio, el fútbol es un buen ingrediente, y más si tienes la suerte de seguir la Eurocopa en un pequeño y confortable bar de tu concejo, donde al hilo de la jugada se comenta todo. Y es que, para los ya mayores, siempre que se habla de Eurocopa es hablar del gol de Marcelino, el gallego natural de Ares, que con su cabezazo permitió que España ganase la Europa de 1964, y que fue uno de los más importantes éxitos políticos del Gobierno de Franco. Y todo esto ocurría en plena época de exámenes finales, donde uno se examinaba de todo el libro, y, según el examen, la nota. Eso de liberar materia no se llevaba.

Parece que fue ayer, pero no sé si las lunas, los astros o qué otro misterio, pero durante estos últimos días da la impresión que se repiten las historias, los protagonistas. Así, el fútbol, Eurocopa del 2016, con sede en Francia, donde España no ha brillado como se esperaba y parece que hubo mar de fondo en el vestuario, algo que no debe sorprendernos, pues la bisoñez, la vanidad y el dinero son malos aliados. También ha sido noticia el boxeo, por la muerte de un mito, de un boxeador, de un activista, y es que el pasado 3 de junio fallecía en el hospital de Phoenix (Arizona) una de esas personas que más influyó en los jóvenes de los 60 y 70, al convertirse a los 22 años en campeón mundial de los pesos pesados, tras vencer a Sonny Liston el 25 de febrero de 1964 y proclamar: "Soy el mejor, soy el más rápido, soy el más grande". Aún me parece ver el combate en la televisión en blanco y negro del bar, y asombrarme ante la agilidad, rapidez, esquivez, engaños y certeros golpes de Clay frente a un pesado, defensivo y desorientado Sonny en busca del golpe mortífero que le diera el triunfo. Eran dos estilos: la creatividad, genialidad y rapidez de Clay, frente a la lentitud, defensa y experiencia de Sonny, o, dicho de otro modo, David contra Goliat. El mito no había hecho más que empezar, y cuando en España la mili era obligatoria y no había guerra, Clay, en plena contienda de EEUU en Vietnam y convertido al Islam, se niega a incorporarse al Centro de Reclutamiento de Houston el 28 de abril de 1967, y a partir de ahí todo el sistema se defiende y bloquea su futuro (pierde la licencia para boxear y es desposeído de sus títulos).

Los adolescentes de entonces aún recordamos las manifestaciones y pancartas que se concentraban en el paseo de los Álamos y las carreras por la plaza de La Escandelera y Uría. En esas refriegas se dio a conocer algún líder político actual.

Para la mentalidad de la época, poco acostumbrada a la protesta, a la confrontación, era difícil de entender que uno pasara de la gloria a la penuria en tan corto espacio de tiempo, y todo en defensa de la objeción de conciencia (sus creencias religiosas y la guerra), que si entonces estaba en entredicho, hoy no parece que haya avanzado mucho, y si no, que se lo pregunten al sector sanitario, entre otros?

Faltaba un ingrediente en el menú de estos últimos días y el día de San Fermín, mientras el santo lloraba al escuchar la jota que cantaba una navarrica, aparece en escena la Tebas trágica, la Dallas americana, que si ya el 22 de noviembre de 1963 presenció la muerte del cuarto presidente americano asesinado, John F. Kennedy, hoy nuevamente se tiñe de sangre, dolor y muerte al dejar una estela de cinco policías muertos al final de una marcha de protesta por la contundencia policial contra los afroamericanos.

Parece que fue ayer, pero nuevamente hoy, como casi siempre los discípulos del rencor y del odio han hecho de las suyas y olvidan que sólo se puede avanzar con justicia y perdón, o eso me ha enseñado a mí el párroco de mi pueblo. Me cuesta trabajo creer, pensar, que sea el propio hombre el culpable de su fracaso, de su infelicidad.

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