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El cogollu

Franco, la fabada y Hernández Gil en la Villa

Sobre fotografías evocadoras

Cuando Manuel Fraga disparó al trasero de Carmen Franco Polo, la hija del generalísimo, se encontraban en una cacería y el accidente carecía de intencionalidad política. Lo cuenta en "Mis conversaciones privadas con Franco" su primo Salgado-Araujo. A Nenuca, que en ningún caso iba a heredar la jefatura del Estado, no se le quitaron las ganas de ir de caza. Ha trascendido que con 90 años abatió tres jabalíes en una montería. Quien tuvo retuvo. La ovetense Carmen Franco Polo, a diferencia de su padre poco dado a debilidades humanas, se ha caracterizado en su vida pública por sus aficiones terrenas, al estilo de su madre.

La historia de la hija de Franco debería haber acompañado la información del pregón de María Teresa Álvarez en la fiesta de les fabes en Villaviciosa, pero han coincidido sus nuevas aventuras cinegéticas con el libro "Fotografías para el recuerdo", editado por la Asociación de la Prensa de Oviedo con imágenes del colega Santiago García, en el que me he reencontrado con Carmen Franco Nenuca en el aparcamiento del restaurante La Máquina, en Lugones, junto a su esposo el marqués de Villaverde. Era septiembre de 1986 y ya decía en aquel tiempo que "en la familia Franco cada uno hace de su capa un sayo". Se ha podido comprobar. El matrimonio visitaba Oviedo y La Piniella, la finca de Llanera propiedad de la familia Polo y donde había pasado la luna de miel aquel "comandantín" recién casado que también pasó por Canarias. "No se olvide de decir que la fabada ha sido exquisita", sugería con regusto Carmen Franco. La segunda imagen evocadora del libro de Santiago García corresponde a Antonio Hernández Gil en agosto de 1987 en Villaviciosa. El entonces presidente del Consejo General del Poder Judicial, esposo de Amalia Alvarez-Cienfuegos García Valdés, era un fiel cumplidor con el veraneo en la Villa donde ha sido admirado y querido. Eminente jurista, superviviente de un atentado de ETA, Hernández Gil contaba entonces con humor que su idea juvenil había sido estudiar filosofía y letras, como su esposa, pero en el momento de la inscripción universitaria le retrajo el número de alumnos que hacían cola y optó por la matrícula en Derecho. Llegó a lo más alto.

Dos apuntes para terminar. No quiero abusar del eje astur canario, pero anoche 25 miembros de La Flor del Pomar, de Nava, dirigidos por Elena Ávila y Alberto Herrero, representaron al folclore de Asturias en la ciudad grancanaria de Gáldar.

El filólogo Antonio Viudas Camarasa corrige una referencia del domingo sobre la tesis de Josefina Martínez, que dirigió Emilio Alarcos y no Alonso Zamora Vicente, éste la siguió de cerca y formó parte del tribunal.

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