Cuando leí en la prensa que Alejandro Martínez, o Alex según el grado confianza elegido por el o la informante, iba a ocupar el puesto de míster del Praviano y pude ver su curriculum rápidamente se me pasaron por la cabeza los primeros comentarios asociados a tal nombramiento. Cuando vi su foto y comprobé que era una cara conocida, yo que puedo ser considerado praviano funcional ya que menos dormir hago toda mi vida por estos lares, apliqué modelos futbolísticos de pensamiento al uso. Además, en mi caso, siendo sportinguista, si tu apellido no es Martinovich o Martinov, y eres del entorno del club que vas a dirigir, el recelo de incrementa exponencialmente. Pues a pesar de todo esto, el Praviano está despachando una irregular pero aceptable temporada, huyendo del fuego del descenso con cierta holgura, y el míster cumple el objetivo para el que se le contrató. Lo de ser profeta en tu tierra es complicado, pero más aún si hablamos de fútbol, esa ciencia incierta.