Pensaba yo que eso de ver carteles demandando trabajadores o trabajadoras para la hostelería era algo muy ajeno al Bajo Nalón, pero parece ser que ya no. En las últimas semanas he visto carteles colgados en algunos establecimientos, peticiones en internet y otro tipo de movimientos de los empresarios del sector para intentar contratar nuevos profesionales para sus negocios. De cara al verano la cosa puede complicarse, ya que las previsiones apuntan a unos meses de intensa y productiva actividad, en la que se multiplicarán las contrataciones, pero que puede tener problemas a la hora de encontrar recursos humanos capacitados y disponibles. Lo ideal sería estirar el verano, o por lo menos revitalizar la actividad los fines de semana, para que esa eterna estacionalidad del empleo se atenuase. Pero a pesar de esta matización, la demanda no deja de ser un buen indicador de muchas cosas, y no olvidemos que el optimismo no cura, pero sí pone nerviosa a la crisis.