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La Serliana

Europa raptada

Una unión abocada al fracaso

A día de hoy, expresión correcta desde 2014, Europa, lugar donde se pone el sol, ha sido raptada en innumerables ocasiones; la última, la más reciente, en aras del "progreso", por el filibusterismo económico que tiene su guarida en algunos bancos y en santuarios caribeños, como siempre. Sin pretender emular a Enzensberger -paradójico Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades- constato que esta fórmula que padecemos de construcción europea es un fiasco para muchos.

La imagen, recalcando el término imagen, que una parte tenemos del gobierno de "Bruselas" es el vivo remedo de experimentos centralizadores fallidos por efecto de la buromanía -no existe en castellano-. Las estructuras burocráticas que pierden el objetivo del interés público, como interés de la mayoría, están abocadas históricamente al fracaso -en algunos casos cruento-. Tomar decisiones políticas con el único apoyo de una gráfica macroeconómica es el camino al genocidio económico de muchos y por tanto para el descontento generalizado.

El resultado que palpa esa mayoría silenciosa, al menos la de mi entorno, se traduce en pobreza de todo tipo.

Europa necesita, con urgencia, estadistas que se ocupen de las generaciones venideras, para consagrar su esfuerzo en elecciones sucesivas ya están los políticos al uso. En fin, no entiendan este texto como un canto al antieuropeísmo de moda, simplemente es que no tengo un banco, ni vendo nada que exija precios competitivos, ni, por supuesto, tengo mano de obra con la que jugar al albur de las directrices europeas.

¡Ay Zeus!, ¿cuándo dejarás a las vírgenes tranquilas?

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