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El Termómetro

Del dicho al hecho

Sobre el cambio climático y otros asuntos terráqueos

El otro día un señor que sabe mucho de estas cosas me dijo que el asunto del cambio climático no está tan claro como se suele decir, y que quizá no haya que atribuir en exclusiva al calentamiento global los gases de efecto invernadero. También me dijo que es políticamente incorrecto hacer esta afirmación, así que la mayoría de los que la sostienen se callan la boca por si las moscas.

Después está otro asunto: que quienes priman la economía por delante cualquier otra cosa pueden agarrarse a la prudencia de alguno de estos científicos para seguir con sus políticas industriales en modo "ancha es Castilla". Con lo cual, casi vale más ser políticamente correctos y no darle pábulo a esta gente.

Pero en fin, lo que también me dijo este hombre -de cuyo nombre me pidió que no me acordase- es que somos un poco contradictorios. Pedimos a los gobiernos políticas contra las emisiones y nos pasamos comiendo carne los siete días de la semana, algo que, además de no ser muy recomendable, ayuda a deforestar el mundo y contribuye, también, a aumentar los niveles de metano en la atmósfera -ya se sabe que los pedos de las vacas son de lo más trallero-, o vamos en coche a todas partes, aun cuando no es necesario, o nos compramos por gusto ropa que casi ni usamos.

Y este ritmo de gasto energético, ventosidades y consumo irracional está desgastando los recursos a un ritmo que -y en eso sí coinciden todo los científicos- no podrá sostenerse demasiado tiempo.

Pero, en fin, el verdadero problema es que del dicho al hecho hay un trecho, y aunque todo el mundo puede poner en Facebook el típico vídeo con la devastación exhibida en fermosas fotos, la mayoría pasamos a los cinco minutos a la receta de albóndigas de ternera frisona con queso parmesano patrocinada por Zara Home.

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