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Caso y su realidad

La situación y las necesidades del municipio del alto Nalón

El concejo de Caso vive momentos de notable expectación acerca de su futuro. Un futuro eminentemente rural con el Parque Natural de Redes de bandera presente y hecho referencial, junto con el noble sector de la madera, la renovada ganadería, la venatoria y el agroalimentario. Y en ese entramado económico destaca su medio ambiente y la belleza indómita de su paisaje. Realidades que marcan su devenir y sitúan a este enclave del alto Nalón en la línea de salida de un destino próspero y esperanzador.

Y estos hechos tan cercanos se pusieron de manifiesto días pasados a raíz de un encuentro entre los miembros de la Corporación municipal, con su alcalde Tomás Cueria al frente, y los periodistas y escritores de Turismo de Asturias. Propuestas diversas y bien planteadas siempre con la mirada puesta en el avance y el progreso de esta tierra de abolengo y verdad.

Caso está ahí, muy cerca de todo y con el centro de Asturias a menos de una hora. Las buenas comunicaciones hacen que la proximidad sea notable, sin embargo hacia las alturas las carreteras dejan mucho que desear. Los accesos al puerto de Tarna desde Campo de Caso están totalmente abandonados con una calzada impracticable y peligrosa para la conducción, lo mismo que la vía verde que comunica la capital del concejo con Infiesto a través de la collada de Arnicio. Circunstancias palmarias y que precisan el apoyo directo de la Administración del Principado. Sería interesante un viaje oficial a Caso del presidente regional, Javier Fernández, para que conociera de cerca el momento negativo en cuanto a infraestructuras viarias en el concejo. Esta demanda está en la agenda del Alcalde y confía en que pronto el presupuesto carretero se confirme y de esa manera esas vías de salida y entrada sean materialidad y existencia.

Y hablar de Caso en envolverse en naturaleza viva, ambiente atractivo, paisaje diverso, bosques antañones, ríos rápidos, valles bucólicos, majadas de ensueño, pueblos con corazón, ganadería abierta, gastronomía certera, picos entre la niebla y caminos imposibles, que en suma ofrecen un panorama directo al turismo de aventura y a todos los turismos refrendados en el geosistema de este territorio. Ya lo dice el escudo heráldico municipal: "El bien del cielo nos vino", palabras que resumen el acontecer de un concejo vivo, mayor, con poca población y que está intentando fijar habitantes para que los jóvenes y no tan jóvenes tengan opciones reales de mantenimiento y modernidad. Y ante esta situación no caben buenos discursos y verbo fácil, sólo se necesita acción directa, buena voluntad política y la marca emprendedora de los viejos casinos emigrantes que dejaron impronta en Cuba, Argentina, México o Puerto Rico.

Los nuevos habitantes de este medio rural deben coger el zurrón moderno y abandonar la maleta de la desesperación. Aquí hay maneras de vivir con dignidad y los propósitos comienzan a cuajar? Menos palabras y más hechos tangibles. Y el turismo, sin ser la panacea, puede reportar importantes beneficios al sector siempre que el Parque Natural de Redes sea un espacio para disfrutar y no para usarlo como un regalo bien envuelto sólo en busca de promoción. Los rectores del Parque siguen sus acciones burocráticas desde un cómodo despacho capitalino, los paisanos y el visitante están a pie de tierra y saben lo que es pisar escondidas rutas y marcar territorio. Más sensatez, menos prohibiciones y conseguir de verdad que el embalse de Tanes sea útil con fines lúdicos. Unas lanchas y alguna piragua responderían al interés de muchos turistas que les encantaría disfrutar de unas horas lamiendo el agua y el viento estival de estos entornos montaraces, alpestres y escarpados. Ah! La colegiata de Tanes una joya patrimonial y el museo de la apicultura, coordinado con maestría y sabiduría por Juan Prado, una pequeña obra de arte. ¿Y el parador de Brañagallones?

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