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¡Bravo Alberto!

La difusión de la cultura y la infraulización del campus de Mieres por parte de la Universidad

Leo, con satisfacción la noticia de que un matrimonio, de Mieres, inscribe a su hijo, recién nacido....! En la biblioteca municipal! Cuando estamos viendo, a diario, publicitados, inscripciones de recién nacidos en clubs de fútbol, esta noticia marca una diferencia cualitativa, muy apreciable, con la mentalidad imperante.

Manifiesta Alberto su temor a que se le malinterprete, porque pueda parecer que minusvalora la práctica deportiva. Y es que ser socio de un equipo de fútbol esta muy bien, pero no significa ser deportista; vale para el divertimento, pero no para la práctica conveniente del ejercicio físico, salvo que se vaya corriendo a presenciar los partidos de fútbol.

Por eso, aún siendo respetable, y conveniente, la asistencia a los espectáculos deportivos, yo valoro más practicar la lectura o asistir a representaciones de carácter cultural; en realidad, hay tiempo para todo.

También valoro, muy especialmente, el hecho de que este matrimonio resida en Mieres, y no sólo por una defensa a ultranza de lo propio (chauvinismo), que también; es, sobre todo, porque en unos momentos en que la Universidad de Oviedo, una y otra vez, se resiste a ocupar unos espacios conseguidos con la renuncia de los mineros; cuando no acaban, porque no quieren, de implantar nuevas titulaciones; cuando hablan de dilapidar los dineros de todos los asturianos, construyendo nuevos edificios para titulaciones que deberían instalarse en Mieres; cuando la única explicación para tal pretensión es que la carrera no pierda categoría (señores, yo leí las declaraciones de un profesor de la escuela de minas en este mismo diario), esta muy bien que alguien, en Mieres, de un ejemplo de ambición cultural.

Ya que parece que las instituciones que amamantan a la Universidad de Oviedo no acaban de pegar un puñetazo encima de la mesa (votos son votos) y poner a cada cual en su sitio, sólo los ejemplos y el rechazo a quienes así nos tratan, de todos los mierenses, tendrá algún efecto.

Desde la muerte del rector Don Julio Rodríguez, hemos sufrido una animosidad inexplicable por parte de sus sucesores. Solo un elitismo trasnochado parece justificar tal actitud.

Si bien es cierto que debemos desterrar algunos vicios ciudadanos que rebajan la consideración que se pueda tener de nuestro pueblo; el tratamiento de las basuras, el uso de las papeleras, el control de los perros, las pintadas y las farolas empapeladas tal vez sean causantes de un cierto menosprecio por parte de los "selectos". Quiero recordar el día en que Mieres apareció empapelada con anuncios de las corridas de toros de Oviedo, mientras en la capital no se veía ni un cartel pegado fuera de los espacios autorizados. Se denunció públicamente, además de cursar sanción a la empresa anunciadora y, al día siguiente, el propio Gabino de Lorenzo nos pidió disculpas.

Muchos de estos comportamientos ya no los tendrá el hijo de Alberto y de Verónica, porque son otros sus inicios; además, tendrá una educación adecuada, que no sufrirá los vaivenes de una política errática, con una "educación para la ciudadanía" que consiga ciudadanos responsables. Eso esperamos; que esta ilusión sea un rayo de luz que alumbre el negror que nos rodea.

Por ello, Alberto, en nombre de los mierenses, ¡gracias!

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