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Desde la Meseta

La cita con los concursos televisivos

La participación de las familias en los programas competitivos de la tele

No, no se trata de concursos-oposición, sino de algo aparentemente más sencillo que solemos ver a través de la pequeña pantalla y sentados en nuestra cómoda butaca en el salón de casa, bueno, en la cocina o en la habitación.

Antes de entrar en materia, hablemos dónde acostumbra a ver o tener el televisor. Lo digo, porque he conocido, igual que ustedes, el lugar hasta más inverosímil donde tenemos instalada la "caja tonta" en nuestras casas. Así como la radio antiguamente la teníamos en lugar privilegiado y a su alrededor nos sentábamos a escucharla con más o menos dificultad, hoy se hizo tan popular la televisión que podemos verla a la par que escuchar sus voces sentados a la mesa, los niños desayunando viendo los dibujos animados, o almorzando y cenando los mayores viendo los telediarios-informativos.

En alguna otra familia, también he visto como el varón de la casa tiene un televisor en su habitación, al margen que su esposa o compañera tiene otro cacharro en el extremo opuesto, porque los gustos de ambos no son coincidentes y para no discutir sobre quien le disgusta el fútbol o desea ver..., eso, los concursos. Y hasta aquí he llegado.

Son varios y variados repetidos concursos. Yo veo alguno de ellos, gustándome unos más que otros. Los hay culturales, otros entretenidos, alguno para gente joven, mas allá para adultos sabiondos, también aburridos, variopintos, con apetitosos premios económicos y hasta con meteduras de pata -que también los hay, por muy listos que sean los profundos intelectuales que ponen las preguntas detrás del telón-.

Luego, los conductores o locutores de dichos concursos, tratan de animarnos para que nos presentemos los que estamos en casa, porque aparentemente las respuestas casi siempre nos parecen más sencillas como televidentes que como concursantes en vivo y en directo, con unos nervios a flor de piel que nos nubla la respuesta delante de una cámara.

Si sus nervios son, lo que se dice, templados y su cultura general es amplia, anímese y pruebe fortuna. Del resultado, ya me lo contará si procede. Y no se avergüence. Los valientes se hicieron y sirvieron para algo en este mundo, en el que usted vive.

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