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Armando Sirvent, in memóriam

En recuerdo del bisnieto del escritor lavianés Palacio Valdés

Sabíamos de su enfermedad y sabíamos de la entereza con que estaba sobrellevando la lucha contra un cáncer que le iba minando irremisiblemente, pero, para nuestra sorpresa y tristeza, no nos llegó la noticia de su muerte hasta esta misma semana. En uno de mis habituales rastreos por Internet buscando las menciones a don Armando Palacio Valdés que periódicamente se hacen en la prensa diaria y en la especializada, me encontré con la esquela de Armando Sirvent Palacio-Valdés en el diario danés "Navne". Inmediatamente avisé a algunos íntimos y me puse en contacto con su hermana Pilar que, desde Madrid, me confirmó el fallecimiento de Armando Sirvent en Copenhague, donde vivía, el día 17 de julio de 2014 y me informó del deseo de su familia danesa de realizar las exequias en total intimidad y sin ninguna presencia española, razón por la que no tuvimos noticia de su pérdida. Desde la Asociación de Amigos de Palacio Valdés, de la que le habíamos nombrado Presidente de Honor, hubiéramos querido lógicamente enviar un ramo de flores y un abrazo a su familia, como testimonio del aprecio que por él sentíamos. Personalmente hubiera buscado también la forma de expresar mi solidaridad con sus familiares, a los que tan unido me siento desde hace tiempo.

Armando Sirvent era bisnieto del novelista Palacio Valdés y durante mucho tiempo fue el nexo de unión de su familia con Laviana y con el proyecto del Centro de Interpretación Palacio Valdés, del que era un auténtico entusiasta. Viajó muchas veces hasta Laviana desde Copenhague o desde Madrid, solo o con algún miembro de su familia, y nunca vino con las manos vacías: siempre aprovechaba la ocasión para traernos manuscritos, cartas, materiales diversos de su bisabuelo que engrosaron el fondo documental del Centro de Interpretación. Aparte de estas entregas para el Centro siempre traía algún detalle para los amigos de Laviana y Avilés que nos movíamos en torno del Centro y del estudio de la vida y obra de su bisabuelo. Generoso en lo material, no lo era menos en lo personal: educado y atento, era un buen conversador, experto en vinos -dirigía una empresa de exportación de vinos españoles a Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia- y curioso de todo lo que rodeaba la figura de su bisabuelo. Muchas veces nos confesó su pesar por haber estado tan alejado de Palacio Valdés durante tanto tiempo y aprovechó los últimos años para ponerse al día y releer la obra de su antepasado novelista.

Sabíamos, como dije al principio, de su enfermedad y estábamos atentos a su evolución y en estos últimos meses respetábamos su silencio -contra su costumbre, no contestaba a los correos electrónicos que le enviábamos informando de nuestras actividades-, conscientes de la dificultad de la comunicación. Nunca hubiéramos sospechado sin embargo que su muerte nos iba a pasar desapercibida y que solo una casualidad nos iba a permitir conocerla más de un año después de acontecida. Pero aunque haya pasado el tiempo nuestro dolor, y soy consciente de que hablo en nombre del colectivo de la Asociación de Amigos de Palacio Valdés, es tan intenso como sentido, porque con Armando Sirvent perdemos no solo a un excelente colaborador en las cosas de Palacio Valdés, lo que no es poco, sino lo que es más importante, perdemos a un amigo querido cuyo recuerdo acompañará nuestro duelo durante mucho tiempo.

Descanse en paz.

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