La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Diario de una niña sobre la escuela

De los castigos colectivos en los centros educativos

Es domingo, me pongo a escribir en el diario que me regalaron. Escribo lo que me ocurre, cómo la paso y qué sucede en mi colegio, en mi aula. Como todos los días, me levanto temprano, me despierta mi mamá con un par de besos, me gusta que me despierte así. Remoloneo algo, pero me levanto rápido. Desayuno y después de lavarme, también los dientes, leo u hojeo algún cuento; si tengo deberes de la escuela los repaso un poco.

Me gusta la escuela, mis maestros y maestras, mis compañeros de clase. Voy contenta a clase. Las maestras y los maestros nos enseñan cosas que me parecen muy importantes, y que seguro nos sirven para " el día de mañana", como dice uno de los "profes"; no me aburro en el colegio. Estoy atenta en las clases y a las explicaciones de la maestra. Llevo cuatro años teniendo maestra. Me gustaría que el año que viene fuese un maestro. ¿Habría diferencias? No sé... A lo mejor, sí. Maestros sí tengo en algunas asignaturas, pero no como tutores. Porque un tutor o tutora es la persona que más tiempo está con los niños y las niñas.

Entro a las nueve y media. Mi padre, si no trabaja por la mañana, me lleva al colegio. Le gusta llevarme y a mí que me lleve. Cuando llego al patio del colegio veo a mis amigas y amigos, nos ponemos a jugar, corremos y alguna vez caigo. No es nada grave.

Pero hay cosas que me ocurren en el colegio, en el aula, que no me gustan nada, tampoco a mis amigos y amigas. Lo comentamos en el patio entre nosotros. Son cosas que me disgustan. Una es el castigo colectivo en clase, todos pagamos por uno o por dos que se comportan mal, según la maestra o maestro que en ese momento esté con nosotros. No me parece justo que porque hablen tres o cuatro quedemos el resto castigados a salir más tarde o nos riñan como si todos tuviésemos la culpa. Me parece que lo que hay que hacer es saber quién o quiénes son los que arman bulla y reñir a esos, no a todos.

El viernes, la maestra tutora, nos habló de los Derechos de los Niños y de las Niñas, y uno de los que leyó me parece que dice algo así como que la disciplina escolar deberá respetar la dignidad del niño en cuanto persona humana. Cuando salí del colegio, algo tarde, por un castigo colectivo, pregunté a mis padres qué era "dignidad", me respondieron que era no humillar, ni denigrar a una persona, no castigarla, no pegarle. La verdad es que sólo entendí lo de no castigarla o pegarle. Me parece que quiere decir que si yo no hago una cosa mala, no hay porqué castigarme; entonces, si me castigan colectivamente, no me están respetando, ni a mí, ni a otros compañeros. Eso se lo comenté a mis padres cuando me explicaron la pregunta. Me dijeron que no tenía mucha importancia, que eran cosas de la escuela. No lo entiendo, ¿cómo no va a ser importante que cuando no cometes faltas te castiguen? Para mí, sí lo es. También para mis amigas y amigos.

La verdad no entiendo lo que hacen algunos maestros y maestras. Mis padres me cuentan que también a ellos les ocurría, que la escuela es así. No estoy de acuerdo, también antes se pegaba en la escuela, según me cuentan, y ahora eso no ocurre. Pues entonces, que tampoco castiguen y menos colectivamente. Termino. Voy al parque con mi padre, antes de comer. Llevo los patines de línea. También jugaré con mis amigas y amigos que están por allí. El próximo domingo seguiré escribiendo cosas de mi colegio.

Compartir el artículo

stats