La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

Caminar por lo segao

Un gijonés ha sido condenado a estar seis meses alejado de su hijo por azotarle con un cinturón en el culo, con la ropa bajada, por no estudiar. Salvando las distancias del tiempo y de los acontecimientos, una cosa es un cachete, una torta, un azote, y otra los malos tratos, y sin entrar en valoraciones de la citada resolución judicial, cabe una reflexión sobre la autoridad y el modo de aplicarla. Muchas madres de muchos lectores de estas líneas habrían acabado ante el juez como expertas lanzadoras de zapatillas o ágiles repartidoras de tortas, si sus habilidades las ejecutaran hoy. Sin embargo, la mayoría de sus hijos no sufrieron trauma alguno tras ser diana de la temporal ira materna y no guardan rencor a la suela de la zapatilla. Incluso se mantienen razonablemente cuerdos. Nunca está de más fijar con firmeza y sin estridencias las líneas de autoridad, recordar que la educación se imparte en casa y a la escuela se va a aprender, y que es mejor caminar por lo segao.

Compartir el artículo

stats