Por fin se acabaron las fiestas, dando comienzo la inmensa resaca que suele conllevar el mes de enero con su conocida "cuesta", que se asemeja a una subida al Angliru, que como casi todos sabemos tiene tela. La folixa quedó atrás, y ahora llega el momento de comprobar las "alegrías" que cada cual se dio con sus euritos, amén de observar el estado ruinoso de su tarjeta de crédito, a la que dejó temblando.
Lo cierto es, que aunque la cuesta de enero tiene merecida fama, seguramente la de septiembre, tras las fechas vacacionales, colegios, y demás gaitas, es otra que resulta empinada. La que comienza estos días llega en coincidencia con algo que nunca había sucedido, cual es la complicada situación política tras las últimas elecciones, a lo que habría que añadir el "fregao" catalán. Aunque en política, que resulta el arte de lo imposible, todo puede cambiar en horas, ahora mismo parece abocado a una nueva cita electoral, otro empacho para los electores, un tanto cansados, que con las últimas aún calientes, más madera. Los más preocupados son los elegidos el 20-D, pues cuando se estaban relamiendo con su beca para cuatro años, pueden verse en la tesitura de una nueva reválida, en la que igual suspenden, o ni siquiera les dejen presentarse.
Una buena mayoría está de acuerdo que algunos de los partidos en liza necesitan una catarsis profunda, en la actualidad con líderes que no generan ilusión ni entre los suyos, y que no hay modo de que den un paso al frente, si como constantemente dicen desean el bien de sus formaciones, y del propio país. Demasiado goloso el panal de rica miel, para dejar que venga otr@ y se lo zampe.
Por Asturias no nos libramos, pues las cosas por el Principado andan sujetas con alfileres, e igual en mayo nos citan de nuevo. Al final, como si no se tuviera poco con intentar cuadrar cuentas, que no se logran ni a la de tres, nos añaden y "entretienen", con otra ración de parafernalia al cubo, que dábamos por terminada hace unas cuantas fechas, por lo tanto doble ración de cuesta de enero, de la primera, con sacrificio, se sale poco a poco, pero la otra tiene toda la pinta de seguir.
